domingo, 30 de diciembre de 2012

ADIÓS 2012

Termina el año y aunque no soy muy de resúmenes, tal vez llevado por el hecho de haber regresado a las islas y estar pasando estas navidades alejado de mucha de la gente a la que quiero, me ha dado por hacer balance de este 2012.

Este ha sido un año de confirmaciones. Ha sido el año en el que se ha confirmado que nos están poniendo a prueba, que somos parte de un maquiavélico experimento en el que están probando cuánto somos capaces de soportar sin revelarnos. Y la verdad es que estamos demostrando mucho, pero que mucho aguante. Ha sido el año de la confirmación de la patraña de eso llamado “democracia”, del “todos somos iguales ante la ley”, de “la igualdad de oportunidades”. Ya se han quitado la máscara, ya apenas disimulan. Hemos retrocedido en un periquete lo que tanto les costó avanzar a nuestros padres, nos han vuelto a poner en nuestro sitio, ese sitio al que, en el fondo, creen que pertenecemos y del que jamás debimos salir. Nos dejaron tocar un cielo de cartón piedra con los dedos, para luego quitarnos la escalera de mentiras que habían colocado bajo nuestros pies. Privatizar la educación, la sanidad y encarecer los procesos legales… cómo digo, ya no disimulan. Como cantaba Manolo Escobar “tanto tienes, tanto vales”, ya no valen monsergas, ya nos lo han dejado claro. Y ahí seguimos, calladitos, apenas con algún ligero rumor de fondo, acojonados, agradecidos por las migajas, donde nos querían.

Ya no hay izquierdas ni derechas, los ideales tienen el color del dinero, si es que alguna vez no fue así. El desahucio y la pobreza se han convertido en la pandemia de este país, contra la que no valen vacunas, una enfermedad que nos atenaza, que nos hace dóciles, manejables, conformistas, agradecidos, que nos convierte, como dice el gran Rajoy, en una “mayoría silenciosa” que acata de esa manera tan cristiana, el castigo que los dioses de la economía mundial nos han enviado. Nos acercamos a los 6 millones de parados y 1 de cada 2 menores de 25 años está sin trabajo. Y con este panorama seguimos viéndolas venir, y la prueba es que cuando uno se pone a leer esa retahíla de resúmenes que pueblan la prensa nacional en estos días, se queda de piedra al leer que este año se ha batido el record de horas que los españolitos consumen frente al televisor. 4 horas, 6 minutos diarios frente a la caja tonta. El opio del pueblo está en plena forma, la anestesia mental funciona a la perfección. Encefalograma plano para no incomodar, para conformarnos, para no dejar de decir eso de “podríamos estar peor”, “con la que está cayendo”, “no nos podemos quejar”. En tiempo de rebelión nos han domado para el conformismo, y cada día lo hacemos mejor. Pues nada, a ver hasta dónde llegan.

En lo personal, este ha sido un año de “transición”, si es que no son todos los años, años de transición, años de transito, el transito que nos va llevando a lo largo de esto que llamamos vida. La vida es eso, tránsito, no hay llegada, hay camino.

Ha sido un año de exilio, de conocer muchas cosas nuevas, otros lugares, otras personas, otras formas de ser y de pensar. Ha sido un año de aprendizaje, de constatación, de afianzamiento de algunas creencias en lo personal. Un año lleno de muy buenos momentos y otros no tan buenos, pero ninguno realmente malo, porque no, no ha habido, afortunadamente, cosas malas “de verdad”, problemas de los que no tienen solución, todo me ha enseñado. He aprendido que hay que poner el corazón en todo lo que se hace, hacerlo con todo el amor que seamos capaces de poner en ello, porque cuando no es así, el resultado se resiente, pero que no hay que poner demasiadas expectativas en nada. Hacer o no hacer, pero no esperar nada a cambio, encontrar el placer en el hecho de hacer sin esperar recompensa. He aprendido que las expectativas generan decepción y dolor, que hay gente que llega para quedarse y hay gente que pasa, gente que te aporta y gente que no te deja nada, gente que va de cara y gente que no tiene de verdad ni su sonrisa. He aprendido que debemos pasar más tiempo valorando a quien nos quiere y nos cuida y menos echando de menos lo que sentimos que nos falta, he aprendido, aunque ya lo sabía, que soy un tipo muy afortunado, he aprendido que aunque hay muchas cosas que quiero mejorar en mí, me gusta lo que soy y en lo que me estoy convirtiendo, pero quiero mejorar, queda mucho por aprender y mejorar.

Nunca he sido de hacer propósitos de enmienda con el nuevo año, pero este año lo he hecho. No, no voy a dejar de fumar, porque nunca he fumado, ni me voy a apuntar al gimnasio en enero. Voy a intentar no quejarme por quejarme, no quejarme por tonterías, no quejarme de la pequeñas cosas sin importancia, de los pequeños contratiempos que nuestra vida entre algodones nos convierte en escarpadas montañas y que provocaría una sonrisa condescendiente en cualquiera de las miles de personas que a diario se levantan afrontando vidas y problemas que no les dejan tiempo para pensar en si el café no es lo suficientemente bueno o no está lo suficientemente caliente. Echad un vistazo a vuestro alrededor o a vosotros mismos y comprobad la de tiempo que perdemos en quejarnos de chorradas, en quejarnos, no en intentar mejorarlas. Sólo quiero quejarme, y más fuerte que nunca de lo que realmente importa, de lo que menciono en los párrafos anteriores, de lo que nos están haciendo como individuos, como pueblo, de cómo nos ningunean y nos infravaloran, de eso si, de eso si quiero quejarme y que nos quejemos todos, que dejemos de decir eso de “¿qué puedo hacer yo?” y nos pongamos a mover el culo y a dejar de mirarnos el ombligo.

Y mi segundo propósito es intentar no hablar tanto de los demás, desterrar la crítica gratuita, el patio de vecinas. Cada día asisto a ese mal que se me antoja más extendido que nunca. Todo el mundo habla de todo el mundo y normalmente para mal, cuando no con la intención de hacer daño. No, no se puede evitar que los demás lo hagan, pero caer en lo mismo sólo nos iguala, no nos hace mejores ni nos otorga razón alguna, y como dijo Gandhi, si quieres ver un cambio en el mundo, empieza por cambiar tú mismo.

Feliz, soñador e inconformista 2013.

Joel Reyes

«Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformaran en acciones. Cuida tus acciones porque se convertirán en hábitos. Cuida tus hábitos porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque determinará tu destino. Y tu destino será tu vida».

“Lo q más me horroriza no son los actos de los malos, sino la indiferencia de los buenos”

Mahatma Gandhi

viernes, 7 de diciembre de 2012

LA CRIBA


Se cumplen ya dos semanas desde que empezamos las sesiones de preproducción del nuevo disco en La Cocina junto a Juan Zarppa y tengo que decir que el proceso está siendo apasionante. Trabajar desde la tormenta de ideas y buscar juntos los caminos que cada canción pide es muy entretenido e interesante desde el punto de vista creativo y es curioso comprobar como tres cabezas pueden coincidir con tanta facilidad cuando los astros se alinean y, de momento, todo está fluyendo de forma sorprendentemente sencilla.

Cuando nos sentamos para establecer las pautas a seguir a la hora de afrontar este nuevo trabajo, llegamos fácilmente a un punto en común: queríamos hacer un disco de banda, buscar nuestro sonido y que todos los temas persiguieran el mismo concepto. La teoría es una cosa, pero es en la práctica donde surgen los problemas, aunque, a estas alturas del proceso (que sólo está comenzando) ya hemos vislumbrado el camino a seguir y hemos encontrado el carácter y los colores que queremos utilizar. Los trajes de las canciones ya están planteados, ahora toca coserlos y adornarlos de acuerdo a su patrón.

Pero en el proceso creativo siempre hay bajas y daños colaterales. Partimos de unas 25 ideas y el objetivo era grabar un disco de unas 12 canciones, coherente, concreto, directo y sin paja, y el otro día llegó el momento de la criba. Sé que es una metáfora muy manida y utilizada, pero no se me ocurre otra para definir esa sensación. Esas canciones son nuestras niñas, todas tienen algo nuestro, un pedazo de lo que somos y de lo que nos ocurre en el camino y a todas las intentamos proteger, pero, como en la vida, no hay sitio para todas y sólo las más fuertes pueden quedarse, mientras que el resto no mueren, solo hibernan a la espera de su momento.

En esta ocasión se ha producido una selección natural y el momento de la criba ha sido menos traumático que en otras ocasiones, más natural y pacífico. Los tres nos hemos sorprendido del consenso que ha habido y apenas si hubo debate o grandes diferencias de criterio, lo cual es buena señal.

En la criba han caído grandes ilustres del nuevo repertorio, temas “intocables” se han visto obligados a esperar su oportunidad en futuras entregas. En este momento este es el disco que nos apetece hacer y está muy clara la dirección a seguir. No queremos inventar nada, pero tampoco queremos anclarnos en lo establecido, queremos jugar, probar y huir de lo obvio. Lo malo, ese escozor que deja en la piel renunciar a algunas canciones, lo bueno, será un disco íntegramente inédito para nuestra gente, salvo rara excepción de algún tema que apenas ha sonado en un par de conciertos.

Malacabeza vuelve con fuerza, con ganas de gritar y rockear duro sin renunciar a lo que somos, a nuestra esencia. Estamos muy contentos con lo que se vislumbra en el horizonte y estamos trabajando con honradez y siendo fieles únicamente a lo que nos pide el cuerpo y sé que vosotros lo notaréis al escuchar las nuevas canciones. No se si os gustará más o menos, pero os aseguro que os sorprenderá y que nosotros pondremos lo mejor de nosotros mismos en el proceso.

Continuamos.

Joel Reyes

miércoles, 28 de noviembre de 2012

en la cocina



Pues si amig@s, ya hemos vuelto a entrar en La cocina de Juan Zarppa y llevamos una semana maquetando los temas que formarán parte de nuestro tercer disco.

No os quiero desvelar nada, primero porque va a ser la primera vez que las canciones van a ser inéditas a vuestros oídos a excepción quizás de un par de temas y segundo porque nunca sabes como vas a acabar un disco, ya os lo he explicado alguna vez, las canciones cobran vida propia y deciden su propio camino, pero si que os puedo decir que hemos vuelto guerreros, con ganas de golpear duro y de contar cosas.


Es un placer volver a trabajar codo con codo con Miguel Zanon, a estas alturas ya nos conocemos y sabemos como trabajar juntos sin que mengüe la capacidad de sorprendernos mutuamente.

También es la primera vez que empezamos a grabar sin tener los temas maquetados ni una idea trabajada de sonido y eso me pone, las canciones están vírgenes, no hay ideas preconcebidas y pueden crecer desde cero.

Así hemos empezado los cinco primeros temas, enseñándolas desnudas tal y como nacieron, con acústica y voz, a partir de ahí empezamos a construir el esqueleto.

Siempre es excitante entrar en el estudio y esta vez quizás más que nunca, por la manera en que estamos trabajando.

La semana que viene haremos un break para irnos a nuestra querida Sevilla a realizar unos conciertos acústicos Joel y yo.

Os mantendremos informados.

Salud y camino...

Ramonet Reche




jueves, 22 de noviembre de 2012

TUVO QUE ESTAR BIEN

Pretendía escribir este post mucho antes, pero el concierto del pasado sábado en la Óxido se unió a nuestro regreso a tierras tarraconenses el domingo y al comienzo de la preproducción del que será nuestro nuevo disco, todo ello unido al reencuentro con amigos y familia ha supuesto una agenda de lo más ajetreada que me ha impedido ponerme frente a las teclas con la tranquilidad y el tiempo que se merece.

El pasado sábado reiteramos lo que ya intenté transmitir en mi anterior post. Las dudas que nos trajimos en la maleta están más que disipadas y nuestras baterías de ilusión, ganas y optimismo vuelven a estar cargadas a tope.

Lo primero que quiero destacar del concierto del sábado es el trato que volvimos a recibir por parte de nuestra gente de la Óxido, tocar en esa sala es para nosotros tocar en casa y nunca podremos agradecer lo suficiente a todos los que allí trabajan lo cómodos y bien que nos hacen sentir y es que “Jipi” lo definió mejor que nadie: “Chicos, aquí estáis en casa”. Así nos sentimos. De corazón, gracias Dani, Jipi, Oscar, Jorge y a todos los que hicisteis de esa noche otra noche mágica.

Cuando uno ejerce de “telonero” o “artista invitado”, que mola más, siempre es consciente de que el público viene a ver al “cabeza de cartel”, pero también es igualmente consciente de la oportunidad que supone enfrentarte a un público nuevo, a “nuevos oídos”, es la ocasión perfecta para “captar” nuevos adeptos, para hacer que en esos escasos 40 minutos de actuación alguien retenga tu nombre y alguna de tus canciones y que al llegar a casa sienta la curiosidad de investigar un poco más acerca de tu música.

Salimos con aplomo al escenario custodiados por nuestro hermano murciano Monty que se pegó la paliza para compartir ese momento con nosotros. Estuvimos seguros, relajados y lo pasamos en grande y eso se notó en el resultado. Sonamos compactos, alegres, frescos y conseguimos ganarnos al público que estuvo atento y no se dispersó en ningún momento… vale, no está bien que yo lo diga, pero qué coño, es la verdad. El concierto, por supuesto, se nos hizo muy corto pero lo pasamos en grande y nos dejó un regusto de lo más positivo. Otra carga extra de energía en el saco.

De Leiva y sus secuaces no hay nada que decir que no se haya dicho ya. Ocho músicos en el escenario, elegancia, oficio, “rock´n´roll attitude”, sonido, canciones y un Leiva que sabe controlar la situación sin histrionismos. Un caballero canalla dentro y fuera del escenario. Chapeau para él y los suyos. Nos reencontramos con Cesar Pop (el cual grabó varias teclas en “Pirómanos”)y con Juancho (Sidecars) a los que “teloneamos” antes del periplo insular y pudimos arreglar el mundo tras el concierto con unas cervezas y algún que otro chupito de tequila… fue divertido… o eso me han contado ;P. Ambas bandas celebrando una fantástica noche de rocanrol en compañía de nuestra gente: Nora, Ara, Mila, Chuso… y por supuesto Manu, que volvió a regalarnos tu talento y su amistad como queda patente en las fotos que acompañan este post. Algún día esperamos compensarte, amigo.

Y ahora toca maquetar los temas del nuevo disco. Ya llevamos dos días encerrados en La cocina de Juan Zarppa y el esqueleto de tres canciones ya va tomando forma. Tenemos muy buenas sensaciones, pero eso os lo contará Ramonet en un próximo post.

Aquí estamos de nuevo.

Joel Reyes

domingo, 11 de noviembre de 2012

AHORA LO ENTIENDO TODO

Ahora lo entiendo todo.

No voy a negar que la duda y la incertidumbre se colaron en mi maleta cuando abandoné las islas. Cualquiera con “dos dedos de frente” me/nos aconsejaba que nos quedáramos, que siguiéramos en las islas, que “en los tiempos que corren” y con la “inestabilidad de nuestro trabajo” (si es que queda un trabajo estable en este país) no era “inteligente” regresar para volver a la lucha que supone pelear por tu sueño, y de hecho, no lo es, pero soy de los que piensan que una vida se recuerda por los momentos en los que arriesgas y no haces “lo correcto”.

Y ayer lo entendí todo. Volver a tocar en Madrid era una ilusión solo igualable a la incertidumbre que nos despertaba saber que ocurriría. Son tiempos extraños. Todo ocurre muy deprisa. Todo se transforma en un parpadeo. Todos somos prescindibles. Es la época del “usar y tirar”. No sabíamos cual sería la respuesta de nuestra gente. Tengo que reconocer, con toda la felicidad que mi corazón puede expresar, que os hemos minusvalorado.

Ayer, el Buho Real nos volvió a abrir sus puertas después de muchos años… y ni en mi visión más optimista acerté a imaginar lo que vivimos.

Lo necesitaba, necesitaba que me dierais ese guantazo, que me cogiéseis fuerte por los hombros, me sacudierais y me gritarais mirándome a los ojos… ESTAMOS AQUÍ!!!

Volví a sentir que alguien me escuchaba cuando cantaba lo que un día escribí…, que a alguien le importa lo que necesito cantaros y contaros, volví a entender el porqué de mis decisiones, volví a recordar el porqué nunca hago lo “correcto”, el porqué pago el precio. Volví a recordar lo loco que estoy, lo locos que estamos… y lo afortunados que nos sentimos por ello.

GRACIAS. Sé que un simple gracias no alcanza a definir lo que quiero decir, pero vosotros lo entendéis, lo sé.

No hay palabras para decir lo que nos hicisteis sentir de nuevo, no hay palabras para expresar como nos habéis cargado de energía, no hay palabras que expresen lo afortunado que me siento, sólo sé que, más que nunca, hoy vuelvo a GRITAR…

¡¡¡HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ!!!

¡¡¡SOMOS MALACABEZA!!!

Joel Reyes








lunes, 5 de noviembre de 2012

Viaje de vuelta


Ni viaje interior ni pollas en vinagre, esto de pasarse 35 horas en un barco es un puto coñazo.


No hay camareros negros con sonrisa Profident que te cuenten chistes mientras te sirven un mojito y te dicen “invita la casa”, ni azafatas espectaculares con ganas de tomar confianza, ni cantantes rubias amenizando la cena al ritmo de standards de jazz, no señor.

Lo que hay son decenas de personas deambulando sin mucho sentido, de asiento en asiento, de bar en bar y de tele en tele, donde repiten las mismas películas unas tres veces al día, maldito Ben Stiller!!

Si, es magnífico contemplar el cielo de noche y admirar las estrellas cuando está nublado y está bien tener tiempo para pensar, para pensar en que el viaje es un coñazo.

Ante tal vorágine de estímulos para nuestros sentidos, Joel y yo hemos escrito un par de temas nuevos, por lo menos eso que nos llevamos.

Bueno, tampoco es tanto el calvario pero al final no sabes como ni donde ponerte para que no te duela todo el cuerpo.

Así dejamos las islas, con canciones nuevas y los corazones llenos, las islas nos han cambiado, seguro, aunque aún no sé cuanto ni en qué modo, tiempo habrá de descubrirlo y de haceros partícipes de ello.

Ahora voy a ver si encuentro por aquí a Ben Stiller para estrangularlo o a tirarme por la borda para nadar un rato o mejor... me voy al bar.

Nos vemos.

Salud y camino...

Ramonet Reche

lunes, 15 de octubre de 2012

PRISON BREAK

Mi último enganche “serial” ha sido Prison Break. Tras varias recomendaciones decidí meterme en harina a ver qué pasaba. Poco a poco fui entrando por el nivel de tensión e intensidad, si bien, reconozco que a medida que avanzan las temporadas, la trama resulta cada vez más poco creíble, farragosa y forzada, pero aún así resulta entretenida y me parece interesante el desarrollo y evolución psicológica de algunos personajes.

Pero si dedico este post a dicha serie es por otro motivo. Como ya he dicho más de una vez, siempre he creído que la verdad que se nos cuenta es una leve aproximación amable, cuando no una burda manipulación de una verdad mucho más truculenta, inabarcable y aterradora para la que quizás no estemos preparados.

La trama central de Prison Break gira en torno a una misteriosa organización llamada “La compañía”, una especie de sociedad secreta formada por las grandes multinacionales y los poderes económicos que marcan “realmente” los designios del mundo que habitamos. Ellos ponen y quitan presidentes en función de quién sea la persona más maleable para llevar a cabo sus oscuros planes sin importarles quién caiga en el proceso. Son los que se inventan o crean guerras, invasiones, ataques terroristas, crisis, golpes de estado unas veces para distraer de movimientos más profundos y otras con una intención puramente mercantilista… los mismos que destruyen países y aniquilan miles de vidas tan sólo para poder reconstruir dichos países y así lucrarse económicamente (¿os suena de algo?), los mismos que deciden cambios de gobierno, de ideología, de economía, de ciclo, en definitiva, los amos de un mundo en el que sólo somos peones al servicio de esa gran maquinaria. No les importamos lo más mínimo, pero a la vez nos necesitan.

Tan vez sólo sea ficción y yo un enfermo con tendencias paranoides, pero apostaría mis dos brazos y mis dos piernas a que es una aproximación muy cercana a la realidad, una realidad que da miedo pero que mantienen debidamente disfrazada para que sigamos creyendo que pintamos algo en todo esto.

Revolución.

Joel Reyes

lunes, 1 de octubre de 2012

Mientras sea posible



"Mientras sea posible creer, seguiremos,
mientras sea posible soñar, insistiremos,
mientras queden ganas de luchar, ganaremos".

La mayoría de nosotros andamos persiguiendo sueños, unos se cansan, otros se olvidan, otros continúan dándose cabezazos contra el muro...cada uno elige.




Casi toda la gente con la que he hablado los últimos meses acerca de mi situación en Canarias y la decisión de volver a la península a seguir trabajando con Malacabeza me ha tachado de " irresponsable" en el mejor de los casos; es cierto que hacía mucho tiempo que no tenía una solvencia económica como la que disfruto aquí y el trabajo es muy agradecido, tengo aquí una "seguridad" ( no sé si esta palabra tiene mucho sentido hoy en día) y una calidad de vida difícil de conseguir allí, pero la cabra tira al monte.



Mucha gente me ha preguntado a lo largo de mi vida que hasta cuando voy a seguir " faranduleando por ahí" sin curro fijo, casa, etc..

Muy sencillo, hasta que crea que el sueño que persigo es imposible, entonces dejaré de perseguirlo.

Pero mientras tenga ganas de pelear y crea que es posible, voy a estar ahí.

Dejar de hacerlo me parecería una falta de respeto hacía mi inasumible.



Salud y camino...

Ramonet Reche


lunes, 17 de septiembre de 2012

¡QUE VIENE EL COCO!

Hace unos días iba corriendo por Playa Honda, en Lanzarote, cuando oí a una abuela que hablaba a su nieto, de apenas dos años, el cual la ignoraba pues quería seguir jugando. En un momento dado la señora le dijo al niño: “Pues si no vienes te dejo aquí solo y vendrá el coco y te llevara…”. Hacía mucho tiempo que no oía esa expresión. Hay cosas que no cambian.

Ya desde pequeños nos enseñan a vivir con miedo, nos enseñan a temer, a depender, a buscar protección, seguridad, certidumbre. Irremediablemente, esa enseñanza se graba a fuego en nuestro subconsciente para el resto de nuestra vida. Nos pasamos la vida temiendo que llegue el coco y nos lleve si no hacemos “lo correcto”, buscando seguridad, temiendo los cambios, sin asumir que la vida es un cambio en sí misma, una constante incertidumbre, un enigma indescifrable que siempre juega con ventaja y que no deja de decirnos, a gritos, que la tentemos, que la provoquemos, que no podemos controlarla, domarla, marcar su ritmo, pero somos nosotros quienes elegimos cómo vivirla, y hacerlo desde el miedo es la manera menos recomendable. El miedo nos paraliza, nos impide luchar, ilusionarnos, soñar, creer, en definitiva, coarta lo que somos y mata "un mucho" de nuestra esencia, esa que poseíamos cuando éramos niños.


Nos pasamos los días esperando que venga el coco y eso nos hace abrazarnos a falsas seguridades, pero todos vivimos a merced del cambio, de la revolución, de un nuevo comienzo. Cuando menos lo esperas ya nada es como era antes y vuelves a empezar de cero, todo se ha transformado. Ese coco que nos acechaba de pequeños muta al cabo de los años, cambia su aspecto, pero permanece en esencia, y se nos aparece en forma de paro, crisis, soledad, cambio, incertidumbre, hipotecas… vidas que compramos y no podemos asumir, y es ese coco el que nos lleva a tomar decisiones condicionadas por el miedo, erradas, por tanto, en esencia, pues no están tomadas desde la libertad de elección, decisiones que condicionan nuestra vida en busca de esa falsa seguridad, ese falso control que nunca consigue mitigar nuestro temor, pues en el fondo sabemos que no podemos controlar esa yegua indomable llamada vida, esa vida que, al igual que la suerte, sonríe a los valientes, a los que viven por encima de la necesidad de sentirlo todo bajo control. Desde luego no es una opción fácil, son muchos años de condicionamiento y muchos los mensajes que a diario nos transmite el sistema para mantenernos temerosos, pero ser conscientes de ello siempre es un buen principio.

Podemos minimizar los riesgos buscando la mayor rutina posible, engañar a nuestra mente creyendo que vivimos más seguros dentro de la zona de confort en la que la mayoría habitamos, pero así estamos renunciando a la sal de la vida, esa que habita en los terrenos de la sorpresa, el no saber, el seguir aprendiendo… nosotros elegimos y, como siempre digo, elijamos lo que elijamos haremos lo correcto siempre que lo hagamos desde la libertad, es decir, alejados, lo más posible, de la cárcel del miedo que suele acarrear queja y resentimiento con nosotros mismos y los que nos rodean por no ser capaces de tomar otros caminos.

Preguntarnos si muchas de nuestras decisiones las tomamos desde la libertad o el miedo es un ejercicio interesante que todos deberíamos hacer y, sobretodo, sincerarnos en la respuesta.

Joel Reyes

jueves, 13 de septiembre de 2012

Antes de decir adiós




Todavía nos quedan un mes y medio de estancia en las islas pero no puedo evitar pensar en que se acaba este periodo breve e intenso de mi paso por ellas.

Se que voy a echar de menos esto, la maravillosa gente que he conocido, las increíbles playas y la rudeza de sus montañas, las mañanas cogiendo olas, los atardeceres con vistas al mar, los momentos compartidos con buenos amigos, la confianza y la bondad que me han regalado cada uno de ellos.


Me llevo mucho de estas islas, más de lo que dejo, aunque se que nos guardamos mutuamente un sitio en el corazón.

No creo que sea momento de hacer balance, suele resultar mejor hacerlo con la perspectiva que dan la distancia y el tiempo y se que llegará el momento y vendrán las canciones evocadas por estos días.


Toca volver a la lucha, Gaby y Berni se quedan en las islas a seguir trabajando, han reencontrado un sitio donde están a gusto y se sienten cómodos, suerte y nos vemos pronto hermanos!!

Joel y yo volvemos para " malacabecear" duro, con la ayuda de Alex y Zarppa, encontraremos la manera, como siempre; de momento en noviembre empezaremos con la preproducción del siguiente disco que ya ha empezado a gestarse.

Siento que volveré a estas islas, espero tardar un tiempo en hacerlo pero creo que cuando lo haga, de alguna manera volveré a sentirme en casa, como en tantos sitios, uno se siente en casa donde se siente querido.


Salud y camino...

Ramonet Reche

martes, 4 de septiembre de 2012

GENEREMOS MOVIMIENTO


Tengo que reconocer que, cuando ya se han cumplido cuatro meses desde que llegamos a las islas, podría calificar mi relación con ellas como de “amor-odio”. Por una parte, y como ya os contaba en mi último post, he “redescubierto” el mar, que me está aportando mucha calma, bienestar, experiencias inolvidables y diversión, por otra, me he vuelto a reencontrar con fuerza con el deporte, al cual, a pesar de no haberlo abandonado nunca del todo, reconozco que tenía un poco relegado por culpa del rocanrol.

En la parte negativa debo reconocer que esperaba mucha más productividad e inspiración en estos meses, aunque empiezo a tener la sensación de que todo lo vivido y aprendido necesita un periodo de asimilación y procesamiento que dará sus frutos en no demasiado tiempo.

El pasado sábado 1 de septiembre fue una fecha señalada para todos y en especial para mi. Por un lado se cumplió el concierto número 100 de “The Wonder4”, el tributo a The Beatles que nos trajo a las islas. 100 conciertos en aproximadamente 120 días a los que hay que añadir los 4 concierto que, hasta el momento, Malacabeza ha dado en Fuerteventura.

Jamás habíamos tenido tal volumen de conciertos en nuestra vida y jamás pensamos que los resolveríamos con tan buenos resultados y aguante físico; las gargantas están respondiendo y la energía nos acompaña en la inmensa mayoría de las noches.

Por otro lado, se me ocurrió competir en una carrera de 14km de trail (por montaña), el 2º Lanzarunning de Playa Honda, y cuál sería mi sorpresa cuando tras llegar en 8º lugar de la general me comunicaron que había ganado en mi categoría.

Empecé a correr con 14 años y tuve la suerte de disfrutar del sabor de llegar primero a la meta en no pocas ocasiones, pero reencontrarme con esa sensación después de tantos años es difícil de definir con palabras. Volví a sentirme emocionado y feliz como un niño en la noche de Reyes, volví a “disfrutar” de cada metro del recorrido y a saborear el “sufrimiento” provocado por el esfuerzo, volví a ganar la batalla a los mensajes de mi mente cuando creía no poder más, volví a demostrarme a mi mismo que somos capaces de mucho más de lo que creemos. El siguiente reto será el próximo 14 de octubre en el que me he propuesto correr un triatlón en Puerto del Carmen (Lanzarote); 750 metros nadando, 20 km en bici y 5 km de carrera a pie. Si consigo terminarlo, cosa que estoy seguro que haré, habré cumplido otro pequeño sueño de mi vida, y sigo sumando. Os mantendré informados.

Y con respecto a Malacabeza, ayer acabamos de maquetar, en Pipo Records, que así hemos bautizado al "home studio" de nuestros amigos Miguel y Bali, un nuevo tema que viene a añadirse al pre repertorio que será el germen de donde saldrán los temas de nuestro nuevo disco. Un título para nuestro tercer disco empieza a rondar mi cabeza, aunque aún es demasiado pronto como para desvelarlo puesto que tan solo es una idea furtiva que me revolotea. El título del nuevo tema si puedo desvelarlo: “Acción y reacción”. Son tiempos de alzar la voz, de inconformismo, de no hacer oídos sordos a todo lo que está pasando ante nuestra preocupante pasividad, y sobre todo, de confiar en nosotros mismos y en el poder del individuo.

Releo este post y me gusta. Me gusta porque en él siento el movimiento, que acompañado de los pasos correctos me sopla al oído el camino a seguir.

Generemos movimiento.

Joel Reyes

jueves, 30 de agosto de 2012

DE OCÉANOS, OLAS Y MAREAS

Hace pocos días tuvimos la oportunidad de hacer surf por primera vez en nuestra vida. Las islas, por cuestiones obvias, destilan deportes de agua por todos los poros y no puedes evitar que la curiosidad te invada en un principio para poco a poco querer saber un poco más: snorkel, surf, wind surf, kite surf, body boarding, pesca submarina, submarinismo, etc., eran términos que apenas nos sonaban o que, a lo sumo, formaban parte de algún documental de la 2 que hubiésemos podido ver como quien ve al hombre llegar a la luna, como algo curioso, lejano, ajeno, desconocido.

Pero de pronto, aquí, esa lejanía ha pasado a ser cotidianidad, algo que forma parte de tu día a día y que se convierte en el paisaje del que disfrutan tus ojos a diario y eso hace que tras la curiosidad lleguen las preguntas, más tarde la posibilidad y tras ella las ganas que han culminado en el intento.


Hay algo que me une, irremediablemente, al mar, siempre lo sentí, supongo que, como dijo el maestro Serrat, “que le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo”, aunque reconozco que nunca fui especialmente marítimo a pesar de mi origen y lo próximo que tuve el mar durante la mayor parte de mi vida. Dicen que en la vida todo es cuestión de momentos, que no siempre es momento para algo que en otro momento resulta perfecto, y tal vez este haya sido mi momento para “conocer” el mar.

Hacer snorkel ha sido mi otro gran descubrimiento (ya sabéis, lo de sumergirse para observar el fondo marítimo con las gafas y el tubito). El paisaje marítimo que te regalan las islas, en especial Fuerteventura, es indescriptible. A veces tienes la sensación de estar en pleno Caribe por lo exótico de algunos de sus peces y por la abundancia de ellos, aunque estoy seguro que un experto en la materia se reiría de tal afirmación, pero es lo que tiene el desconocimiento, es osado. Sumergirse, aunque sólo sea de forma “superficial” en el mar es una de las sensaciones más bellas, salvajes y de completa libertad y pertenencia al medio que he vivido en mi vida, supongo que tan sólo un aperitivo del atracón que debe suponer hacer submarinismo (ese es el siguiente reto). He podido disfrutar de algunas largas sesiones con mi amigo Pablo y de un día de pesca submarina con un majorero sobre humano llamado Javi “El gallego” (él pescaba y yo hacía las veces de fiel escudero) y la verdad es que el mundo deja de girar mientras estas bajo el agua. No hay nada más, sólo tú y el mar.

Nadar en el océano y disfrutar del fondo marino se ha convertido en un capricho tan saludable como adictivo… y ahora ha llegado el surf. Cuando paso al ordenador esta entrada escrita hace unos días, ya son tres los días en los que hemos ido “en busca de olas”, aunque eso es mucho decir aún para neófitos como nosotros que estamos más envueltos en ellas y tragando agua que sobre alguna que otra olita despistada que se deja acariciar. De momento sólo es un juego, eso sí, un juego cuyas normas hay que respetar a rajatabla y en el que a la mínima de cambio puedes salir más que trasquilado (las magulladuras, heridas y golpes en mi cuerpo lo atestiguan), pero he tenido la “mala suerte” de que se me está dando bien y creo que algo se me está metiendo dentro.

Que nadie se asuste, el próximo disco de Malacabeza no será de reggae ni nos reencarnaremos en una especie de Beach Boys afónicos o un Jack Johnson descafeinado, pero está claro que las canciones se alimentan de vida y algo de todo este aprendizaje y vivencias impregnará a nuestras nuevas hijas.

Y pensar que hay quien va diciendo por ahí, con apenas 25 años y la vida empezando a florecer, que ya lo ha vivido todo y que se planta… cada quién es cada cual, y todas las opciones son buenas si nos funcionan y nos hacen felices. La vida, como el mar, depende de mareas, lunas, vientos, ciclos…, nunca sabemos con qué nos sorprenderá, nunca sabremos leerla sin la posibilidad de que nos sorprenda, nunca nos permite bajar la guardia, porque la ola menos pensada puede darnos un buen revolcón y poner nuestra mundo patas arriba.

Yo prefiero pensar que sólo soy un aprendiz, ávido de descubrir nuevos mundos, nuevos puntos de vista, nuevas formas de vivir porque, como decía el gran Forrest Gump, “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes el que te va a tocar”, y, mientras me dejen, pienso seguir comiendo.

Desde las islas sigo atento a las señales, sigo pendiente de hacia dónde sopla el viento, sigo aprendiendo.

Joel Reyes

jueves, 23 de agosto de 2012

En harina



El otro día Joel y yo estuvimos en casa de unos amigos aquí en Lanzarote, Miguel y Bali, dos amigos y compañeros de gremio.

El caso es que Miguel se ofreció para grabarnos y empezar a maquetar temas de cara al nuevo disco que ya empezamos a gestar en nuestra " malacabeza".

Hemos empezado con un tema de Joel, cañero y con una letra reivindicativa y muy acorde con los tiempos que corren.

De momento hemos grabado referencias, baterías y bajo a ver adonde nos lleva el tema, pero...guau!! La sensación ha sido cojonuda.


Volver a meterse en harina, grabar, enseñar temas, ideas, ver como evolucionan con el trabajo de ambos y en este caso también con Miguel.

La grabación de "Piromanos" y su posterior defensa me vació en muchos sentidos y había perdido parte de esa chispa y ese hambre necesarias para crear y disfrutar del camino.

Volver a trabajar en ese sentido ha hecho que el veneno vuelva a correr por mis venas haciéndome sonreír como un niño con un coche nuevo, ansioso por abrirlo y descubrir lo que se encuentra en su interior.

El próximo día jugaremos con las guitarras.

Estoy deseando empezar con un tema nuevo que escribí aquí entre Lanzarote y Fuerteventura, a ver que sale.

En fin, que hay Malacabeza para rato.



Salud y camino...

Ramonet Reche

domingo, 19 de agosto de 2012

¿QUIÉN MATÓ A KENNEDY?

Cada cierto tiempo aparece en los medios de comunicación, como curiosidad morbosa más que con el más mínimo afán de denunciar lo delictivo e inhumano del hecho, algún episodio de abuso policial con resultado de muerte por parte de la policía americana.

Esta vez le tocó el turno a Darius Kennedy, un músico neoyorkino de 51 años cuyo delito inicial fue estar fumando marihuana en pleno Times Square de Nueva York. Cuando Kennedy se vió increpado y amenazado por la policía sacó un cuchillo y empezó a gritar a los cerca de ¡20 policías! que llegaron a rodearle que le dispararan y le mataran.

En internet se pueden ver imágenes de lo absurdo de la situación (hay muchas imágenes tomadas con móviles del asedio pero, curiosamente, ninguna de la ejecución) y de cómo ese hombre podría haber sido reducido de infinidad de formas sin tener que acribillarlo con 12 balas.

En el peor de los casos, un disparo en el brazo o en la pierna hubieran sido suficientes para reducirle, pero ese día la policía debía sentirse perezosa y con pocas ganas de complicarse la vida y optaron por la vía rápida. Resulta curioso y triste leer las declaraciones al respecto del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg diciendo que “los policías también desean regresar sanos y salvos a casa” o que “la pena es que ocurriera en pleno Times Square y lo viera todo el mundo”. Si, esa es la pena, Mr. Bloomberg, que esas imágenes hayan dado la vuelta al mundo y hayan dejado en evidencia los métodos y el gatillo fácil de ciertos “defensores de la ley”.

¿Cuánto vale la vida de Kennedy para Bloomberg para ni siquiera poner en tela de juicio la actuación policial?

Sería absurdo redundar en la hipocresía de la cultura americana en que pueden rodearte y ejecutarte públicamente por fumar marihuana y portar un cuchillo o que se escandaliza por ver un pezón en televisión pero a la cual no le parece desquiciante y absurdo que en algunos institutos americanos sea necesario un detector de metales para evitar la entrada de armas a las aulas o que se pueda comprar un arma en unos grandes almacenes, junto con la compra semanal.

¿Quién mató a Kennedy? ¿La policía de Nueva York o una sociedad enferma y engañada que se siente y vive amenazada por todo y por todos y que piensa, en un altísimo porcentaje, que Darius se buscó su muerte, la justifican y creen que América es un lugar más seguro sin un tipo tan “peligroso” como él?.

Alguien debería decirles que el verdadero enemigo vive en casa y que un pueblo asustado es el pueblo más fácil de manejar.

Joel Reyes

jueves, 16 de agosto de 2012

DESPEDIDOS

El señor X acudió confiado a su entrevista de trabajo. No era un tipo especialmente capaz, ni carismático, ni seguro de si mismo, pero desde niño le habían inculcado que el mostrar confianza y saberse vender era la clave de todo y rebosaba seguridad aunque la procesión fuera por dentro.

La entrevista era para el puesto de gestor de una gran empresa. El director de dicha empresa se vió seducido desde el primer momento por la palabrería y las promesas de señor X, a pesar de su escasa experiencia como gestor de una empresa de tan alto nivel.

Durante la entrevista el señor X prometió a su interlocutor un aumento inmediato en los beneficios, así como una rápida y significativa mejora en todos los aspectos de su empresa, con respecto a la gestión de su antecesor, recientemente cesado.
El señor X resultó creíble y convincente y el director no pudo por menos que sucumbir a sus encantos y darle el trabajo. Un trabajo espectacularmente remunerado, por cierto.

Pasaron los meses y, ya con el señor X en su cargo, nada parecía haber mejorado, al contrario, todo iba de mal en peor, la situación se hacía insostenible y la empresa se iba, irremediablemente, a pique.

El director general llamó a su despacho al señor X. Enojado y de no muy buenas maneras recriminó al señor X el haber faltado a su palabra al prometerle ser el hombre capaz de reflotar su empresa, así como su falta de ética profesional al no haber renunciado a su puesto tras comprobar la ineficacia de su gestión. Tras el sermón, el señor X fue fulminantemente cesado de su cargo.

Supongo que a todo el mundo le resulta lógica y creíble una historia como esta… entonces… ¿por qué coño nuestros dirigente no son, del mismo modo, inmediatamente fulminados de su puesto de trabajo al faltar a todas y cada una de las promesas que les llevaron a conseguir su cargo?

¿Quién conservaría un puesto de trabajo durante ¡4 años! si desde el minuto uno no cumpliera con sus funciones?

¿Quién conservaría su puesto de trabajo y seguiría cobrando su sueldo si fuera acusado de haber robado o aprovechado su posición para su enriquecimiento personal?

Tal historia de ciencia ficción tiene unos protagonistas muy terrenales, la vergonzosa clase política que nos gobierna, que nos ignora, que nos utiliza, que nos engaña, que prevarica, que utiliza la política para enriquecerse y hacer negocios oscuros, que nos hace creer, en definitiva, que pintamos algo en esto, que nosotros decidimos y luego ellos, si eso, ya ven que hacen, los que deciden nuestro presente y condicionan nuestro futuro, en una empresa de la que, no lo olvidemos, todos somos accionistas.
Han llegado demasiado lejos, ya se han reído suficiente desde sus atalayas, se han creído intocables y sólo en nuestra mano está el frenarles, desgraciadamente parece que los métodos tradicionales parecen haber quedado obsoletos a la vista de cómo nos ignoran. Si estas reglas no funcionan habrá que buscar otras.

Tal vez sea el momento de tirar de historia, echar un ojo a lo que pasó en Francia allá por 1789 cuando el pueblo se cansó de que les tomaran el pelo cambiando las reglas del juego y sacar conclusiones.

Revolución.

Joel Reyes

jueves, 9 de agosto de 2012

CHAVELA VIVE

Chavela ha muerto. Ha muerto físicamente, su cuerpo se ha ido, porque tengo claro que personas como Chavela no mueren nunca.

Dicen que nadie muere del todo mientras alguien te recuerda y siempre he creído que eso es así. Muchas veces me ha ocurrido estar hablando de alguien recordando cualquier situación y tras un rato he caído en la cuenta de que esa persona ya no estaba en el mundo de los vivos, a veces parece simplemente que hace mucho que no la ves, como cuando alguien desaparece de tu vida pero sabes que está ahí, en algún lugar, en el fondo, así es. Mientras te recuerdan, vives.

Chavela vive y vivirá en sus canciones, en su forma de cantarlas, de contarlas, de vivirlas, en su manera de abrir el corazón para que se lo rompieran una y otra vez y así poder seguir cantando de ESA MANERA, a su manera, con el mundo por montera, como sólo los grandes lo hacen, con el corazón, con las entrañas, con (como bien dice María Jiménez) el coño, desde la víscera, el instinto, la vida.

Hace poco, a propósito de mis “curiosos” métodos para cuidar la voz con una copa helada de vino blanco en la mano, una cantante de conservatorio y método vino a decirme que yo no era cantante, por mi falta de método y técnica. Me resulta curioso.

Siempre he admirado a cantantes “técnicos” capaces de hacer malabarismos con las cuerdas vocales, muchos de ellos tocados por una varita mágica que trasciende la técnica y está más cerca de un talento natural e innato que de un aprendizaje (léase Chris Cornell, Elvis, Sebastian Bach, Robert Plant, Freddy Mercury, Michael Jackson, Stevie Wonder… la lista sería interminable), pero casi siempre han sido otro tipo de voces las que me han removido por dentro, inspirado y empujado a crear: Tom Waits, Sabina, Antonio Vega, Leonard Cohen, Chavela Vargas, Bob Dylan, Mick Jagger, John Lennon… no habrían pasado un examen en ninguna academia de canto, pero elimínalos de la historia de la música y esta se quedará coja por no decir huérfana. Seguramente ninguno de ellos alcanzaría la categoría de cantante para nuestra “ilustrada” amiga, ni falta que les hace, es posible que la mayoría de ellos ni se consideren como tales, pero todos tienen ese talento, ese carisma, ese “noseque-queseyo” por el que nosotros venderíamos el alma al diablo por, tan solo, rozarlo con la punta de los dedos.

La música es un canal de expresión y comunicación y esos nombres lo han utilizado como nadie para arañarnos el corazón, el alma y el espíritu (que igual viene a ser lo mismo) y de eso se trata esto, al menos para mi, de transmitir, de provocar emociones.

Una palabra de Chavela basta para que se detenga el mundo y no la cambio por mil gorgoritos del Bustamante de turno. Puede que sea el mismo deporte, pero son ligas diferentes, en una habla la fría técnica, en la mayoría de ocasiones vacía de emoción (aunque no siempre), en la otra es la entraña la que manda, la sinceridad de quién canta desde dentro, cómo quien llora o ríe, dejándose llevar.
Todo es susceptible de opiniones, esta sólo es la mía, pero es la que me vale, con la que yo me quedo.

Chavela nunca dejará de cantarnos o contarnos, que más da, que, aunque a veces la vida duele, es maravilloso estar vivo para vivirla. Chavela vive.

Joel Reyes

sábado, 4 de agosto de 2012

La casa de mi padre


Hola amig@s,
uno de nuestros nuevos vecinos aquí en las islas ha resultado ser director de cine ( y de lo que haga falta con los tiempos que corren).

Gorka Merchan, director de " La casa de mi padre" y de diversos proyectos, videoclips, anuncios, cortometrajes, etc.., se ha ganado un pedazo de nuestro corazón junto a su pareja Vanesa, a poquito, como solemos hacer las gentes del norte.

Gorka es un tipo con el que da gusto hablar y al que gusta de compartir charlas y experiencias, que habla con seguridad cuando sabe de lo que habla y pregunta con inocencia y avidez cuando desconoce algo.

Cierto es que no puedo considerarme su amigo, hace poco que nos conocemos pero uno está a gusto con él.

Bueno, vale ya de chupar pollas.
El otro día nos invitó a ver su película en su casa con unas cervezas y de eso es de lo que quería hablaros.

No voy ni a destripar ni a analizar la película, no soy crítico de cine, Dios me libre, pero puedo decir que me gustó, me gustó el lenguaje, la interpretación y la forma de narrar.

" La casa de mi padre" habla entre otras cosas de " el conflicto vasco", nunca he sabido muy bien como llamar a lo que pasa en Euskadi.

A pesar de ser una película de notable presupuesto y de contar con un reparto de lo mejor del cine español( CarmeloGomez, Juan José Ballesta, Emma Suárez, Alex Angulo,Verónica Echegui, etc..) Gorka se ha encontrado con muchos problemas a la hora de distribuir y mover la película.


Hay muchas y muy buenas películas que tratan de una forma u otra el tema, el problema de " La casa de mi padre" según mi criterio y opinión, es que no toma partido, que se limita ( y no es poco) a retratar los diferentes puntos de vista de las dos partes, si es que solo pensamos en " blancos y negros" y por lo general en este país la verdad resulta incómoda siempre, si no te posicionas es que no eres de los míos, no entienden o prefieren no entender o lo que es peor, utilizan esa necesidad de estar de uno u otro lado para actitudes partidistas, demagogas, reaccionarias y carentes de sentido común.

Desde el principio de los tiempos la información ha sido poder, un poder basado en la desinformación y manipulación completamente consciente de aquellos a quienes se les niega.

Es una verdadera lástima comprobar cada día lo poco que han cambiado las cosas, se nos informa y desinforma para tenernos controlados y comedidamente contentos.

Es muy posible que no estemos preparados para la verdad, así de terrible la imagino yo, pero como canta Serrat.. " nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio"

Salud y camino...

Ramonet Reche



jueves, 26 de julio de 2012

BATMAN

Nunca he sido fan de los cómics, quizás porque no pude comprarlos en mi infancia o simplemente porque no me sedujeron lo suficiente en su día, pero, como supongo que todos, siempre he tenido un superhéroe favorito: Spiderman. De pequeño me gustaba jugar a disparar telarañas desde mis muñecas haciendo ese gesto que nunca me abandonaría gracias al “espíritu arácnido” del rock duro e imaginaba que podía trepar por las paredes.

En esas que llegó Tobey Maguire hace unos años para cargarse al personaje en la trilogía que protagonizó. Disfruté de la primera, que aún justificaba su escasa picardía y su ineptitud social, pero acabé con ganas de abofetearle en las dos posteriores por su falta de carácter y carisma.

Pero fue también en esas que llegó el Batman de Christofer Nolan, protagonizado por Christian Bale, para ocupar el hueco dejado en mi corazón por el hombre arácnido. “El caballero oscuro” es, sin duda, mi película de superhéroes favorita, y el Batman de Bale, el mejor de todos, un personaje psicológicamente apasionante que redefine al superhéroe y lo sitúa en un plano difícilmente superable.
El Bruce Wayne de Bale es un superhéroe sin poderes, un mortal “sobradamente preparado” que muestra sus debilidades a cada momento. Torturado, amante de la soledad, obsesivo, un hombre que se disfraza de millonario pretencioso cuando se quita su oscuro atuendo. Hay algo en él que me resulta empático, su oscuridad es muestra de su humanidad, y su afán de luchar contra el mal no parece un acto de altruismo, sino más bien una forma de canalizar su frustración y su sed de venganza, una forma de dar paz a un alma atormentada, un ser humano que parece luchar contra los villanos que esconde su cabeza en su Gotham mental. Adoro la autenticidad del personaje y del actor que lo interpreta, que irremediablemente, van unidos. Ninguno de los dos busca reconocimiento, tan solo una, aparentemente inalcanzable, paz interior.

Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, nuestro Gotham mental, nuestros villanos internos y nuestras luchas contra ellos, se trata de aprender a entendernos, de no buscar forzadamente la luz ni perderse constantemente en la oscuridad. Batman forever.

Joel Reyes

sábado, 21 de julio de 2012

Relatando que es gerundio





Ya me perdonaréis la osadía, pero me apetecía escribir algo así, además, que coño? Este es nuestro blog, nuestro pequeño cuaderno de bitácora de nuestros pensamientos y vivencias, así que nada, pasen y lean...




" Dejó entrar al silencio, lentamente, como sin darse cuenta, como no queriendo compartir con nadie más la angustia y la desazón que atenazaban su alma.

Dejó pasar el frío, dulcemente, abandonándose al vaivén de unos brazos invisibles que acunaran su llanto.

Y se presentó el miedo y le cerró la puerta, pues no quería dudas cuando llegara el momento.

Luego llegaron el llanto, la impotencia y la cobardía, pero pasaron de largo como pasan las nubes después de una tormenta.

Entonces cerró los ojos, en un último gesto de rebeldía para negarle al mundo su mirada.

Sólo quedaba el aire, dejar de alimentarse del aliento perpetuo y por fin, la nada y en cierto modo, el todo, retornar al origen que siempre fue la nada, abandonarse, abandonarse..."

Salud y camino..

Ramonet Reche



jueves, 12 de julio de 2012

DEMOCRACIA

Es triste comprobar, cada día un poco más, la falacia que se esconde tras la palabra mágica. Hace tiempo que dejé de creer que vivimos en una democracia, esa palabra es un eufemismo para definir otro tipo de “dictadura”, una dictadura mucho más silenciosa y sibilina, mucho más discreta e inteligente, aquella que hace que nos sintamos libres, con capacidad de decisión, pero pensando como ellos necesitan que lo hagamos y jugando al juego que quieren que juguemos.

Asisto día tras día con tristeza a conversaciones en las que no dejamos de quejarnos de lo mal que está todo, de cómo nos aprietan las tuercas, pero eso si, en la barra de un bar y con una cerveza en frente. No hemos perdido nuestra capacidad de queja, pero apenas si queda un poco de capacidad de lucha.

Se nos llena la boca con la palabra libertad: libertad de expresión, libertad de acción, libertad de elección… pero en los últimos días se está ejerciendo en España una censura que parece pasar desapercibida para la mayoría y, lo que es peor, no parece importar demasiado a muchos de los que la descubren.

A propósito del conflicto minero y su marcha a Madrid, se está produciendo censura en diferentes flancos. Varios grupos simpatizantes de la marcha en algunas redes sociales han sido bloqueados “misteriosamente” y no se puede acceder a ellos ni escribir mostrando apoyo. Antes de ayer los mineros llegaron a Madrid y algunas de las cámaras situadas en las calles de la capital, que normalmente pueden ser vistas a través de internet, fueron bloqueadas para que no pudiéramos asistir a tiempo real a lo que estaba sucediendo y la información pudiera ser adecuadamente manipulada por los diferentes medios de comunicación encargados de “informarnos”.

Podemos seguir con la venda puesta, se me puede tachar de alarmista o amigo de las teorías conspirativas, pero nos la están metiendo hasta el fondo y lo peor es que apenas nos estamos dando cuenta. Se ríen en nuestra cara y deben estar asombrados por nuestra permeabilidad.

Nos escandalizamos de la censura que otros países ejercen sobre sus ciudadanos pero no parecen importarnos demasiado estas “pequeñas” licencias que se toman nuestros gobernantes para tenernos controlados. Aznar lo dijo hace tiempo, ellos saben lo que es mejor para nosotros. Por ahí se empieza. Dicen que aunque la mona se vista de seda, mona se queda, lo mismo ocurre con esta España en la que vivimos, disfrazada de país libre y democrático. Arrieros somos.

Os dejo el video de un discurso que hace unos días dió el Gran Wyoming en Alcalá de Henares. Esto no aparece en los medios de comunicación. No interesa. Muchas verdades concentradas en apenas media hora y no, no es para reírse, más bien para llorar al verse de frente con la cruda realidad. Eso sí, hemos ganado la Eurocopa, así que todos contentos y a seguir tragando.



Joel Reyes

lunes, 9 de julio de 2012

Morir de sed


“ Tengo 20 años, estoy casado, tengo 2 hijos, una hipoteca, un coche y un trabajo, yo ya lo he hecho todo”.

No es la primera vez que me espetan semejante epitafio y no se me ocurre nombre mejor para describir tal sentencia, ya que se me antoja una losa última, un entierro en vida, un entierro de sueños, motivación y ansias.

Es posible que a mucha gente le haga feliz este modo de vida pero permitidme que dude que el porcentaje sea elevado.

No me creo que nadie lo haya vivido todo con 20 años ni con 60, esta vida está llena de magia y sorpresas, cada día y en cada esquina.

Siempre he creído que el objetivo de la vida es la vida en si misma, que el premio no está en la meta sino en el camino, en ser feliz y que la gente que quieres lo sea.

Yo soy egoísta por convicción, y creo que todos lo somos o deberíamos serlo.

Siempre he dicho que la persona que más quiero en este mundo, por encima de cualquiera soy yo mismo y cada día estoy más convencido de ello.

Incluso cuando le echo una mano a alguien o doy sin esperar nada a cambio, lo hago por mi, porque me hace feliz y me apetece.
No quiero vivir una vida donde me quede sin sed a los 20 ni a los 40, prefiero morir sediento todavía.

Salud y camino...

Ramonet Reche

miércoles, 4 de julio de 2012

EXILIADOS

El pasado viernes llegamos de nuevo a Fuerteventura en un nuevo cambio de isla y nada más pisar su suelo recordé una conversación que tuve con mis amigos Juan y Carlos a propósito de parte de la historia de esta isla.

En tiempo de dictadura, Fuerteventura fue destino forzado para aquellos que pensaban más de la cuenta, y, sobretodo, diferente. Fuerteventura era el vertedero peninsular, lugar de destierro para intelectuales “peligrosos”, políticos incómodos y homosexuales, además de delincuentes peligrosos. Al acabar la guerra civil un antiguo aeródromo situado en Tefía, muy cerca de la actual capital, Puerto del Rosario, fue reconvertido en campo de concentración, que no cárcel, donde se condenaba a trabajos forzados a sus “invitados”, alejados de todo, prácticamente exiliados del mundo. Hoy en día ese lugar, testigo mudo de la bajeza e irracionalidad del ser humano, ha sido reconvertido en un albergue juvenil.

Uno de esos exiliados fue Unamuno, que llegó a la isla en marzo de 1924 por cortesía de Primo de Rivera, que muy amablemente le obsequió con un billete de ida a esta tierra. Pero es muy difícil acallar a los que necesitan hablar y Unamuno, desde su exilio, escribió mucho y bien sobre estas islas e impulsó la creación del primer periódico de Fuerteventura de la cual él mismo escribió: “Si el mundo tiene culo, Fuerteventura es el culo del mundo”. No creo que lo dijera de un modo despectivo, aunque es cierto que así debía ser para los que pretendieron convertirlo en estercolero de sus propias miserias y temores.

Hoy me siento un exiliado, voluntario, eso si, y feliz de haber conocido esta tierra que me acoge, me abraza y me enseña a diario, y desde Fuerteventura escribo, desde el culo del mundo, en paz, en libertad.

Joel Reyes

lunes, 25 de junio de 2012

Hoja en blanco




Joel y yo nos hemos propuesto mantener vivo este blog con una o dos entradas a la semana.

Joel suele escribir por placer, necesidad, terapia e intenta hacerlo como norma, es usual que tenga alguna entrada preparada de antemano, yo no, yo escribo cuando tengo algo que decir( o lo creo) o cuando toca hacerlo.

Y en esas estoy ahora, hace días que no publicamos nada y me enfrento a la hoja en blanco.

Ultimamente estoy componiendo después de bastante tiempo sin hacerlo, pero de manera natural, noto que tengo cosas que cantar y hay que hacer caso cuando eso sucede.

En mi caso y en el de otros muchos, aunque no hay normas ni fórmulas para escribir canciones, suele haber dos formas de escribir, o te sale vomitada del tirón o tienes una frase , una melodía de puta madre y hay que desarrollarla, terrible y fascinante momento.

La hoja en blanco se te antoja un espacio inabarcable, lleno de simas por donde caer irremisiblemente.

¿Como contar esa historia que tienes en la cabeza o explicar ese sentimiento, encontrar la frase adecuada siempre con ese nivel de exigencia que te conceden los años y las canciones a las espaldas?

Muchos compositores dicen que escriben para la gente, yo no, yo escribo exclusivamente para mi.

Es un momento muy íntimo y lo disfruto muchísimo, por supuesto que el fin es enseñarlas esperando que gusten y te llenan el ego cuando eso sucede.

Quiero decir que no pienso en que pueda gustar más o menos una canción, soy yo, juez y parte en esa tesitura y si no me convence a mí, jamás podría defenderla delante de nadie.

En fin, a lo tonto he cumplido el objetivo, la próxima vez quizá hable del tiempo...quien sabe?

Salud y camino...

Ramonet Reche

martes, 19 de junio de 2012

GANARSE LA VIDA

En febrero de este 2012 se han cumplido 20 años desde que el bendito veneno de la música entro en mis venas. En estos 20 años puedo presumir de llevar casi 15 de ellos viviendo o sobreviviendo de la música, unas épocas mejor y otras peor, pero disfrutando de lo que más me gusta hacer en esta vida. Por supuesto que he tenido que hacer mil trabajos diferentes en diferentes épocas de mi vida, pero siempre he tenido claro cual era mi oficio, mi profesión, aquello que amo y que siento que es lo que mejor hago.

A lo largo de este tiempo han sido muchas, muchísimas las ocasiones en que me han preguntado: “¿a qué te dedicas?”, a lo que yo he respondido, “soy músico”, a lo que mis diversos interlocutores han respondido, “no, no, que de qué te ganas la vida”. Siempre me ha indignado el que para muchísima gente, esta bendita profesión sea vista como un hobbie, un pasatiempo, o una manera de vivir “sin dar un palo al agua”, esa misma gente que luego idolatra a los “artistas de verdad”, es decir, a los que salen en la tele o suenan en las radiofórmulas. Hay una frase respecto a este oficio que siempre he dicho: “quien diga que la vida del músico es fácil no tiene ni puñetera idea, quien diga que hay vida mejor, tampoco”, eso si, apostillando que sea esta la vida que quieres vivir, con sus pros y sus contras, con sus defectos y sus virtudes, con lo que te da y con lo que te quita.

Yo no me gano la vida con la música, porque no tengo que ganarme una vida, mi vida es mía y no me la tengo que ganar. Desgraciadamente, nuestro vocabulario y nuestra forma de expresarnos condiciona nuestros actos y nuestra forma de afrontar la vida, y nuestro lenguaje está lleno de expresiones derivadas de la religión en la que, en mayor o menor medida, la gran mayoría hemos sido educados. Todos hemos escuchado mil veces esa retahíla de frases hechas asociadas al sufrimiento y a esa costumbre de tener que pagar peaje cristiano para ganarnos ciertos derechos a la felicidad y el placer, para “ganarnos la vida”, para ser merecedores de ella. Esas frases y esa filosofía de vida, habitan, queramos o no, en nuestro inconsciente, y nos recuerdan que esta vida es poco menos que un penar salpicado de algún momento bueno y que disfrutar demasiado es poco menos que pecaminoso, algo que no está bien visto. ¿Cuántas veces hemos oído decir de tal o cual persona no hace más que “disfrutar de la vida” con tono desaprobador?.

Nos hemos creído que hay que ganarse el derecho a vivir, a disfrutar de ciertos momentos a cambio de estar jodido en muchos otros.

Nuestra vida ya es nuestra, no nos la tenemos que ganar, tan sólo tenemos que vivirla, disfrutarla, cada cual a su manera, ajeno a los prejuicios de los demás e intentando huir de los suyos propios. Si conseguimos eso, nos estaremos acercando al verdadero sentido de la vida, no al religioso (con todos mis respetos para el que quiera quedarse con ese), sino a aquel que dice que una vida plena es aquella que manda sobre sí misma, que da felicidad al que la vive y a aquellos que le acompañan en el camino.

En esas estamos.

Joel Reyes

martes, 12 de junio de 2012

Menguante


Domingo 10 de junio.

Esta mañana he salido a dar una vuelta, un paseo, a dejarme llevar en definitiva.

No recuerdo cuando fué la última vez que lo hice, desde que llegué a Madrid hace unos cuatro años que no vagaba sin rumbo, siempre me dirigía hacia algún sitio, con prisa por llegar, a veces, muy a menudo, a ningún lado.

Tenía que ser aquí en Lanzarote donde ocurriera de nuevo.
A menudo olvidamos, al menos yo lo hago, lo importante y necesario que es mirar hacia adentro para ver lo de afuera, hacer ese viaje introspectivo para ver que tal marchan las cosas en nuestro interior y desde luego esta isla y el momento son ideales para ello.Se me antoja curiosa la capacidad que tiene el mar para inducirnos a ese estado de calma y serenidad necesarios para ello.

No sé, será que nos sentimos pequeños frente a el, sin importancia, o será que siempre está ahí, imperturbable a nuestros ojos.


Cantaba Pedro Guerra( otro artista muy admirado por mí)que todo mengua a nuestros ojos cuando volvemos a los sitios de nuestra infancia, todo menos el mar que permanece inmenso e inabarcable.

En fin, séa como fuere, estoy contento de haber echado ese vistazo después de tanto tiempo, seguiremos informando.

Salud y camino...

RamonetReche

viernes, 8 de junio de 2012

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO

Tal vez muchos no lo sepáis, pero una de mis pasiones desde que tenía 14 años, ha sido, y es, correr. De los 14 a los 19 años fui atleta federado y competía en el club de la ciudad que me vió nacer, el Club Natación Reus Ploms. Me gustaba muchísimo y se me daba bien, ganaba carreras y era una de las promesas del club, recuerdo que me apodaban “el inglés” por mis maneras sobre el tartán, pero una lesión de más de un año y medio me quitó un mucho de ilusión y me dio unas cuantas lecciones que me servirían para esa carrera de fondo que es la vida. Pasé de la noche a la mañana de niño mimado del entrenador al chico olvidado que entrenaba a diario sin apenas poder correr por el dolor. Eso me enseñó que cuando brillas es más fácil ser visto, pero que ese brillo no cambia tu condición, sólo te hace más visible, que la victorias enriquecen, pero que es en las derrotas donde se esconde la verdadera sabiduría de la vida, que hay que volar, lo más alto posible, pero también regresar a la tierra de vez en cuando para no olvidar nunca nuestra condición de mortales. El maestro Enrique Urquijo lo dijo mejor que nadie: “pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario”.

Esa experiencia me sirvió para nunca perder la perspectiva cuando cambié la pista por el escenario. El aplauso es adictivo, los focos te engrandecen a los ojos de los demás, pero sólo manteniendo los pies en la tierra puedes crecer y aprender a volar por ti mismo, sin depender de halago, del aplauso, sólo siendo agradecido y relativizando tus auges y caídas puedes crecer como persona, sabiendo que la vida no es más que una carrera de fondo, con momentos en los que te sientes capaz de todo y “pájaras” en las que las piernas te pesan y tu mente te grita que abandones.

Desde que llegué a las islas estoy saliendo a correr casi a diario, con el mar como compañero, y he vuelto a recordar porqué me gusta tanto este deporte.

Correr, como casi todos los deportes individuales de esfuerzo, es una metáfora de la vida, al igual que el ajedrez lo es de la guerra. Tú contra ti mismo, no dependes de nadie, sólo de tu capacidad, tu cuerpo, tus músculos, pero sobretodo tu mente, tus “no puedo más” contra tus “claro que puedes, házlo”, no importa lo rápido que vayas, sino poder más que los mensajes que tu mente te da cuando el cansancio hace mella en tus músculos, como ocurre en los malos momentos de la vida, siempre es la mente la que te hace seguir o frenarte dependiendo de tu actitud ante ese “cansancio”. Siempre hay una marcha escondida, siempre un poco más de fuerza, se trata de creerlo y hacerlo, o dejarse ir y abandonar, ahí radica la diferencia, y la experiencia me ha enseñado que la satisfacción posterior siempre compensa el esfuerzo. Siempre hay motivos para hacerlo y excusas para no hacerlo, tú eliges.

Dicen que aquel que consigue cosas imposibles lo hace porque no sabe que lo son, me quedo con eso. Los límites existen, por supuesto, pero solemos ser nosotros mismos el mayor de ellos.

Joel Reyes