miércoles, 4 de mayo de 2011
“RESISTIRÉ-MOS”
Cada día que pasa tengo más clara mi postura ante la vida, que a su vez, cada día se parece más a la postura que tengo ante la música. En mi caso, a estas alturas me cuesta establecer donde está la frontera entre una y otra cosa. Sé que la vida es mucho más que música, pero mi vida sería menos vida sin ella.
Y en la vida, como en la música, el camino debe verse como si de una carrera de fondo se tratara, hay que ser paciente, dosificar fuerzas, pero a la vez, ser perseverante, constante, luchador y mentalmente muy fuerte. Cada día es una nueva prueba, un nuevo reto, después de un paso, otro, después de un kilómetro, nos espera otro más.
Cada día me vuelvo un poco más de blancos o negros y un poco menos de grises. Quedarse en medio puede ser la opción más cómoda, pero no la más interesante, hay que posicionarse, mojarse, definirse, aún a riesgo de no gustar, de encontrarte con opiniones discordantes. Ya que es imposible contentar a todo el mundo, intenta tenerte contento a ti mismo y dormir tranquilo por saber que vives como eres.
Y eso es lo que hemos querido hacer en el video-clip de “Resistiré” que rodamos ayer. No andarnos con medias tintas. Definirnos. Es un ejercicio de afianzamiento, de autoafirmación (uno más), de “tonterías las justas”. Quien nos conoce sabe que no somos ni partidarios, ni defensores de la violencia, pero este video no pretende ser más que una metáfora de la vida, un reflejo de una gran letra (la de “Resistiré”). Por más ostias que la vida nos dé, aquí estaremos aguantando, como sea, pero aguantando, como escribí en su día en “Vientos de revolución”, “es mejor arder que dejarse apagar”, y así es como yo lo veo. El recurso visual puede ser duro, pero tal vez esa es la manera de asimilar de forma más contundente el mensaje. Sin medias tintas, o te gusta o no querrás verlo. De eso se trata. Esa es la elección. Caminar, aunque no te gusten nuestros pasos. Resistir.
El rodaje de “Resistiré” corroboró, una vez más, que los que nos dedicamos a esto de la farándula somos bichos muy raros. En un mundo donde el pragmatismo y la practicidad son bandera para la mayoría, aún queda gente (más de la que creemos), capaz de dejarse su tiempo, su esfuerzo, su talento y su energía tan solo a cambio de la satisfacción de hacer aquello que les gusta, de dejar un trocito de ellos en nosotros, en nuestro camino, de aumentar la alfombra de pasos dados. Gracias a Idir Mesián (ojalá este sea el primero de muchos, porque el coco de este tío me atrevo a definirlo como GENIAL), Eva Vegas, Leticia Paule y Lydia por todo ello. La profesionalidad no se mide por el dinero que la valora, pues no hay dinero que pague el saber que tu trabajo es de verdad, sincero, aunque estaría bien que alguien lo pagara. La única pega que tenemos es que nosotros tampoco nos alimentamos del aire.
Ayer volvimos a comprobar que allá donde no llega el dinero y los grandes presupuestos, llegan la ilusión, las buenas ideas, la entrega, la profesionalidad, el ingenio y la imaginación. No quiero ni pensar lo que el video-clip que rodamos ayer valdría si se pagara, como merecen, a todos los que en él participaron. Eso demuestra que somos bichos raros. Nos puede el corazón, nuestro lado romántico, la pasión, la ilusión, las ganas, los sueños… y lo mejor (o peor, según para quién) de todo, es que no queremos cambiar. Nos gusta ser así.
Sólo espero que el resultado os guste. Nosotros estamos más que satisfechos. Espero que os remueva, para bien o para mal, que no os deje indiferentes. Ese es el objetivo, que os guste o no lo podáis ni ver, que os posicionéis. Nosotros, o al menos yo, por la parte que me toca, intentaré no dejar de hacerlo.
Resistiré.
Joel Reyes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me alegra que todo haya ido bien. Me quedo con todo el mensaje pero en especial con la parte en la que hablas sobre la gente que deja un trocito de sí mismo en los demás. Cuando hay buen rollo es fácil darse a los demás. El tema es que, como bien dices también, últimamente hay mucho egoísta suelto que lo único que busca es su propio beneficio. Gente que ni siquiera es capaz de dar las gracias, una palabra que en ocasiones vale mucho más que un puñado de billetes.
ResponderEliminarAhora solo queda disfrutar del trabajo realizado, que hay ganas de verlo.
Un abrazo.
Manu.