Nunca he sido fan de los cómics, quizás porque no pude comprarlos en mi infancia o simplemente porque no me sedujeron lo suficiente en su día, pero, como supongo que todos, siempre he tenido un superhéroe favorito: Spiderman. De pequeño me gustaba jugar a disparar telarañas desde mis muñecas haciendo ese gesto que nunca me abandonaría gracias al “espíritu arácnido” del rock duro e imaginaba que podía trepar por las paredes.
En esas que llegó Tobey Maguire hace unos años para cargarse al personaje en la trilogía que protagonizó. Disfruté de la primera, que aún justificaba su escasa picardía y su ineptitud social, pero acabé con ganas de abofetearle en las dos posteriores por su falta de carácter y carisma.
Pero fue también en esas que llegó el Batman de Christofer Nolan, protagonizado por Christian Bale, para ocupar el hueco dejado en mi corazón por el hombre arácnido. “El caballero oscuro” es, sin duda, mi película de superhéroes favorita, y el Batman de Bale, el mejor de todos, un personaje psicológicamente apasionante que redefine al superhéroe y lo sitúa en un plano difícilmente superable.
El Bruce Wayne de Bale es un superhéroe sin poderes, un mortal “sobradamente preparado” que muestra sus debilidades a cada momento. Torturado, amante de la soledad, obsesivo, un hombre que se disfraza de millonario pretencioso cuando se quita su oscuro atuendo. Hay algo en él que me resulta empático, su oscuridad es muestra de su humanidad, y su afán de luchar contra el mal no parece un acto de altruismo, sino más bien una forma de canalizar su frustración y su sed de venganza, una forma de dar paz a un alma atormentada, un ser humano que parece luchar contra los villanos que esconde su cabeza en su Gotham mental. Adoro la autenticidad del personaje y del actor que lo interpreta, que irremediablemente, van unidos. Ninguno de los dos busca reconocimiento, tan solo una, aparentemente inalcanzable, paz interior.
Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, nuestro Gotham mental, nuestros villanos internos y nuestras luchas contra ellos, se trata de aprender a entendernos, de no buscar forzadamente la luz ni perderse constantemente en la oscuridad. Batman forever.
Joel Reyes
Sensacional post, completamente de acuerdo. Como dice el Comisario Gordon en El Caballero Oscuro, "no es un héroe, es un guardián silencioso, un protector vigilante... Un Caballero Oscuro"
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