viernes, 2 de agosto de 2013

HASTA SIEMPRE, PETER PAN

Ayer fue un día triste para los que la conocimos. Ayer nos enteramos de que la voz de Raquel Grijalba se ha apagado para siempre. La conocí hace más de 10 años cuando estaba protagonizando el musical de “Peter Pan”. Dentro del escenario derrochaba talento y frescura pero era fuera de él donde era más grande.

Tuve la suerte de compartir muchas noches de conversación y risas en su buhardilla de La Latina rodeados de sus gatos y junto a su fuego a tierra. Fueron años de confidencias y risas. Luego la vida hizo que nuestros encuentros se fueran espaciando cada vez más en el tiempo, pero eso no resta ni un ápice de valor a lo vivido y compartido. Para Raquel fue escrita “Mis posesiones”, no dedicada a ella, sino para que ella la cantara, ya que estaba en una situación emocional delicada. Cuando le enseñé la canción me dijo “eres un cabrón, has dado en el clavo en cada palabra”, supongo que, como dice mi amigo Alex Zurdo, “Mis posesiones” es una canción con la que todos nos sentimos identificados porque TODOS nos hemos sentido así alguna vez. Raquel la cantaba como nadie. Se la creía como nadie porque era suya. Siempre será suya.

Cantó, amó y lucho por lo que quería como la superviviente que era, hacía mucho que estaba malita, pero aún así se resistía a partir y se aferró a la vida hasta el final. Revolviendo entre mis viejas grabaciones he encontrado una versión en directo de “Mis posesiones” que grabamos juntos allá por el 2002 en el Buho Real, la calidad no es la mejor, pero es así como quiera que la conozcáis los que no lo hicisteis.



Yo siempre la recordaré en el auditorio Juan Carlos I surcando el aire vestida de Peter Pan, nadie podía interpretar ese Peter Pan mejor que ella porque ella era ese Peter Pan.

Son estas cosas las que nos recuerdan a diario nuestra fragilidad, pero por encima de la tristeza del momento, nuestra condición efímera y frágil solo debería servirnos para vivir la vida con más intensidad, sin miedo, puesto que cada día es un regalo que no sabemos si se repetirá, cada momento, un momento único e irrepetible, cada duda, una oportunidad perdida, porque, al fin y al cabo, la vida siempre nos acaba ganando la partida y los que se van lo hacen gritando a pleno pulmón que no desperdiciemos ni un solo segundo.


Gracias Raquel por “tocar” mi vida. Allá hacia donde vueles sé que seguirás cantando, y cuando nadie te vea, seguirás poniéndote, a escondidas, tu traje de Peter Pan.

Joel Reyes

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