EL 'CELEBRO' ES COMO UNA NUEZ

Escribo esto recién levantado. Apenas he dormido. Ya es 24. Ayer eran las cuatro de la mañana cuando Morfeo me venció. Los hijos de la anarquía y el impresionante viento que soplaba en Salou, no me dejaban dormir. Ha sido una noche de un silbido incesante que recorría el edificio como si de ánimas en pena quejumbrosas se tratara. Pero bueno, vayamos al grano. El día de ayer fue, cuanto menos entretenido. Llegan estos días y la cosa se complica para trabajar. Son días de comer, beber, consumir sin sentido e intentar llevarlo lo mejor posible. Coincidimos en que casi siempre son los niños los que salvan estos días. Su ilusión y esa inocencia que tanto añoramos nos mantienen emocionalmente obligados a mantener ese espíritu navideño que a tantos nos toca los cojones. Nunca he entendido eso de la predisposición a la empatía según marca el calendario. Debería ser así todo el año, pero bueno, si la navidad la inventó el corte inglés, supongo que todo funciona así, necesitamos que alguien nos diga cuando debemos ser receptivos, solidarios, entrañables o empáticos con tal o cual causa. Vaya, parece que me he levantado con el gesto torcido. En mi descargo diré que he dormido fatal. Esto del blog empieza a convertirse en una especie de terapia, y la verdad es que no va mal. A lo que iba. Ayer tocaba tomar decisiones con respecto a la parte final del disco. Quedamos con Miguel en Can Xiulet para hablar de las diversas posibilidades a la hora de finiquitar la grabación y la mezcla. Tras un rato de farragosa conversación intentando ver posibilidades y encajar el puzzle, la conversación deriva a recuerdos y “fotos” de nuestra adolescencia. Acabamos llenando la mesa de imágenes, amigos, conciertos, anécdotas, grupos, músicos… por ella desfilan Wolfgang, el gran Juanjo (genio y figura), Cuatro Perras, Gavi, Jepi, Maribel, Presi, Malditos Roedores, muchas noches de rock´n´roll, inconsciencia y búsqueda. En la mesa lo que nos ha traído hasta aquí. Empezamos a tener un bagaje y mil historias que contar y en estos días de conversaciones, la nostalgia y los buenos momentos vuelven. Nos gusta comprobar como seguimos peleando por lo que amamos, conocedores de nuestra inconsciencia pero fieles a lo que somos. Si hay que morir, moriremos matando. En un momento dado aparece una anécdota de lo más lisérgica en la que Miguel cuenta como en un concierto en el que compartían escenario con una banda de folk evangelista, la velada acabó con una especie de intento de adoctrinamiento por parte de los que caminaban por el camino recto a unos Roedores que, a esas alturas de la noche estaban más del lado de Baco que del Todopoderoso. La cosa se zanjó con la frase que da título a la crónica de hoy. Un individuo que por allí se encontraba en un estado que puedo imaginar como bastante lamentable sentenció, visto el cariz que estaba tomando la conversación: El 'celebro' es como una nuez. No se puede ser más rotundo, clarividente y transgresor. Ahí se acabó la conversación. A ver quién tiene huevos de echar mano de argumentos extraterrenales ante tal despliegue de genialidad. En fin, la comida fue de lo más amena. Entre chupitos fuimos arreglando el mundo, riendo y corroborando lo vivido. No nos podemos quejar, la verdad. Por la tarde toca resumen de daños en Radish Records con Alex. Tras una charla llegamos a un “punto en común” y vamos cerrando temas. Tenemos varios frentes abiertos y aún queda mandanga que grabar, pero los temas empiezan a sonar cerrados, unos más que otros, eso si. Quedan teclas, alguna voz y coros, básicamente, pero esto ya suena. Está siendo duro, amigos, pero así va esto. Es un poco triste comprobar que es imposible separar lo más puro que te acompaña en esta vida, la música, del puñetero dinero, que tenga que condicionar nuestro trabajo. Sé que suena a perogrullada, pero cualquier tipo de expresión artística debería ser ajena a él, al menos en su desarrollo. Lástima que los que nos dedicamos a esto tengamos la mala costumbre de comer todos los días e incluso tener que pagar facturas. En fin, podemos con eso y con más. Ya lo hemos dicho por activa y por pasiva: Todo va a salir bien. Pasad una buena noche en compañía de los que os quieren. Feliz Navidad (ya he caído en el tópico). Joel Reyes