miércoles, 20 de julio de 2011
ENAMORADOS DE ITALIA (1)
Hacía tiempo que no escribía una entrada en el blog. Una buena costumbre que a veces perdemos, pero los últimos acontecimientos nos “obligan” a ello. Apenas sin tiempo para digerir lo fantástico que fue el estreno del videoclip de “Pirómanos” en el Espacio Trapezio del renovado Mercado de San Antón, en el que todo fue un éxito y de nuevo nuestra gente volvió a demostrar lo afortunados que somos, llenando el lugar, cantando nuestras canciones, disfrutando del videoclip, arrasando con el nuevo merchandising… MALACABEZA NO NACES, MALACABEZA TE HACES… y cada vez somos más. Gracias de nuevo a Javier Duero por su imprescindible ayuda, su buen hacer y su talante sereno y confiado que hizo todo mucho más fácil.
Con el buen sabor de boca aún en los labios, nos tocaba iniciar nuestra aventura italiana. Ni en nuestros mejores sueños hubiéramos imaginado que nuestro debut en tierras italianas iba a ser tan positivo, tan enriquecedor, tan “sanador” para mi estresado corazón.
Las cosas no empezaron bien en el aeropuerto de Barajas, ya que, por nuestra Malacabeza, no habíamos realizado el check-in online con la antelación necesaria (por 20 minutos) y nos obligaban a pagar 40 eurazos por la tarjeta de embarque (juro que era de cartulina, no de oro), después nos “robaron” la espuma del pelo por ser un objeto peligroso, la de chistes malos que se me ocurren pensando en intentar secuestrar un avión con un bote de espuma de pelo… en fin. La cosa empezaba ajetreada, pero eso iba a cambiar en cuanto nos bajamos del avión en el aeropuerto de Ciampino, en Roma.
Andrea y Silvia nos recogieron y regresamos camino a Nettuno (a unos 50 km de Roma) donde tendríamos nuestro cuartel general en casa de ambos durante nuestra estancia en Italia. Ya en Nettuno, Andrea y Silvia se encargan de hacernos saber lo que es comer pizza de verdad. Cenamos en Pizzeria Regina, un restaurante familiar y acogedor en donde puedes comer toda la pizza que quieras por 10 euros. Degustamos cerveza italiana (muy buena, por cierto, y muy fuerte) y acabamos la cena con limoncello y grapa (una especie de orujo). Como verdaderos globos aerostáticos acabamos la primera jornada en Italia, no sin antes conocer a Artu (Arturo para los amigos) un precioso bóxer de apenas tres meses que nos espera al llegar a la casa de Andrea y Silvia. Fin del primer día.
Miércoles 13 de Julio. Toca empezar a trabajar, tenemos mucho que preparar y poco tiempo. Realizamos un primer ensayo en el sotano-estudio de Andrea y conocemos a Cristiano Capobianco, el batería que nos acompañará en Italia. A pesar de que Cris tan solo tiene una caja para seguir los temas, empezamos a tocar y sentimos como todo fluye, fácil, sin enfuerzo, de forma natural. Se nota a la legua que tanto Andrea como Cris, han trabajado mucho y han preparado los temas a conciencia. Esto pinta muy bien. Yo me siento relajado y confiado en que “Todo va a salir bien”. Grandísimos músicos.
Tras la primera toma de contacto, degustamos los tomates cherry que cultiva en su terraza Mina, la madre de Silvia, acompañados de Mozzarella, Basílico y algo de pasta fría… delicioso. La siesta no es sólo patrimonio español, y si lo es, tranquilos, Ramonet se encargará de exportarla allá donde vayamos. Tras un poco de descanso, toca visita a Roma. Al llegar a la ciudad descubrimos que conducir en Italia, y especialmente en Roma es un deporte de alto riesgo. Aquí los semáforos, ceda el paso y stops, son puros formalismos que nadie sigue, las líneas de la carretera son invisibles a los ojos de los conductores italianos y el corazón se mantiene en la boca mientras nos adentramos en las fauces del león. Creo que es difícil explicarlo. Hay que vivirlo.
El motivo de la visita, a parte del turístico, es que Andrea tiene una actuación acompañando a Maria Laura Ronzoni, una comprometida cantautora italiana que tiene una actuación en el Teatro Valle, en el centro de Roma, uno de los teatros más antiguos y bellos de la ciudad que las ordas de Berlusconi y compañía quieren cerrar para convertir en un negocio más lucrativo que la cultura (comprobamos que la indiferencia ante la cultura tampoco es patrimonio nuestro). Afortunadamente siempre hay locos maravillosos que se encargan de movilizarse para defender el lado romántico de la vida frente al pragmático o al económico (para ser más exactos). El lugar es maravilloso, y actualmente permanece ocupado para evitar su destrucción. Apostemos por su supervivencia. No puede ser que los (evitaré adjetivos) que nos gobiernan hagan negocio con algo que no les pertenece, que es patrimonio de todos, que no es algo con lo que negociar. La cultura es seña de identidad y de riqueza humana, y estemos atentos en nuestro país, porque ya son muchos los teatros que han perdido su nombre para adoptar el de las marcas privadas que los subvencionan. La cultura debe ser subvencionada y protegida por el estado, aunque esta suponga pérdidas, es un bien necesario, otra cuestión es si a los gobiernos les interesa que pensemos más de la cuenta y que tengamos otros puntos de vista acerca de la vida que nos han “asignado” como “correcta”.
Tras el concierto nos dirigimos al Trastévere, la zona situada en la ribera del Tévere. Un reguero de pubs, restaurantes, tiendas, etc., situados en carpas y que se situan junto al río. Un lugar perfecto para pasear con el sonido de la corriente del río de fondo y una temperatura perfecta para degustar una cerveza (si puedes pagarla) o cualquier otra cosa. Una pega: los precios son abusivos para nuestro bolsillo, es casi imposible encontrar una cerveza de barril por menos de 5 euros y puedes pagar fácilmente hasta 9. La comida es buena y relativamente barata, la bebida, impagable. Al final nos tomamos un vino en una especie de chill out y regresamos hacia Nettuno. Fin del segundo día… ya sentimos que algo nos está calando dentro.
Joel Reyes
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