El otro día volviendo de Tarragona a Madrid con Miguel ( Zarppa) y Joel para preparar los conciertos de Sevilla, estábamos hablando de la posibilidad de meternos en el estudio a finales de este año para empezar a parir el próximo disco de Malacabeza.
Ya tenemos un buen puñado de temas y sentimos que tenemos cosas nuevas que decir, además será el primer disco de Malacabeza con la aportación de toda la banda. No puedo evitar sentir cierta sensación de abandono de la criatura, me explico.
Pirómanos es un disco relativamente joven, hemos realizado unos 70 conciertos y el esfuerzo que ha supuesto la materialización del mismo y las ganas de defenderlo están intactas, además de saber que hemos hecho un disco con muy buenas canciones y habernos vaciado en el.
En estas estábamos cuando Miguel me recordó una historia que ya me había contado y que mi cerebro caprichoso había olvidado.
No recuerdo qué poeta griego, después de cinco años instruyendo a sus alumnos, el último día de clase enciende un fuego e insta a sus pupilos a quemar la obra que habían creado en esos cinco años, los alumnos obviamente contrariados le reclaman porque van a destruir el trabajo del que tan orgullosos estaban y que tanto esfuerzo les había costado y el maestro sentencio...si no sois capaces de crear nada mejor a partir de ahora es que no habéis aprendido nada en estos cinco años.
Algo así era la parábola, que me disculpen los entendidos en el tema y me ilustren si no es exactamente así.
Lo que quiero decir con esto es que no se trata de destruir ni renegar de la anterior obra, pero la rueda sigue girando y no podemos anclarnos en el pasado, como creadores debemos seguir buscando “la canción”, el disco, la obra que nos haga sentir orgullosos del trabajo realizado, volver a vaciarnos, vaciar la copa y volver a llenarla de nuevo para volver a vaciarla hasta que el proceso deje de hacernos felices, momento en el que dejará de tener sentido todo esto, en fin...Malacabeza rules!!
Ramonet
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