DE PIRÓMANOS Y CONTRABANDISTAS

Ayer vivimos otro de esos momentos que permanecen en tus neuronas así pasen los años. Mi hermano zamorano Mario, y yo, llevábamos tiempo intentando cuadrar el círculo y encontrar un hueco en la agenda de Rulo para secuestrarlo en alguno de sus pasos por Madrid. Hace unos meses, entre cervezas y buen rollo, cerré con Rulo un pacto de caballeros, él prometió regalarnos su voz en alguno de los temas del disco, yo dije Amén. Y ayer fue el día. Para Rulo y Mario fue una jornada de reuniones de esas que tanto “amamos” los músicos y cuando se bajaron del taxi, tuvimos que aligerar la carga con unos botellines antes de ponernos frente al micro. Así es como se deben empezar estas cosas. Gracias a Peer Music y sobretodo a Eva y Juan Carlos, el ingeniero que tan fácil nos hizo el trabajo, pudimos disfrutar del lujo de trabajar en el estudio que Peer tiene en pleno centro de Madrid. Tras unas escuchas del tema, acordamos la manera de repartir la letra y Rulo se pone en marcha. Rulo tenía que sonar a Rulo, a su forma de contar las cosas, con esa lija que le caracteriza y esos arañazos en el alma que regala. No tardó mucho en hacerse con el tema y “Flor de bar” se impregnó del humo (de cuando se podía fumar en los bares) y la honestidad de un tipo que se autodefine, como lo hace cualquiera que sabe de donde viene y lo que cuesta estar aquí, como un obrero del rock. Eso es lo que somos. Fue un lujo compartir y vivir el momento y esperemos que la vida nos permita repetirlo. Su voz ya forma parte de “Flor de bar”. Rulo es de esos tipo que derrocha honestidad y su gente lo sabe, no es de los que va de humilde, lleva escrito en la frente que es de verdad, sin dobleces y eso, en este mundo, se agradece y, sobretodo, uno se alegra muchísimo de que a tipos como este les vaya bien, porque esa es la señal de que a veces, solo a veces, la vida es justa con los que se la juegan, con los que lo apuestan todo a una carta, con los que, en definitiva, se lo merecen y nosotros nos sentimos afortunados de haber contado con su voz, su arte y sus maneras. Gracias Rulo, gracias Mario. Gracias por las lecciones, por la sencillez, por la naturalidad. Los maestros son los que te enseñan sin pretenderlo. Estos pirómanos se confiesan contrabandistas. De corazón. Joel Reyes