viernes, 7 de diciembre de 2012

LA CRIBA


Se cumplen ya dos semanas desde que empezamos las sesiones de preproducción del nuevo disco en La Cocina junto a Juan Zarppa y tengo que decir que el proceso está siendo apasionante. Trabajar desde la tormenta de ideas y buscar juntos los caminos que cada canción pide es muy entretenido e interesante desde el punto de vista creativo y es curioso comprobar como tres cabezas pueden coincidir con tanta facilidad cuando los astros se alinean y, de momento, todo está fluyendo de forma sorprendentemente sencilla.

Cuando nos sentamos para establecer las pautas a seguir a la hora de afrontar este nuevo trabajo, llegamos fácilmente a un punto en común: queríamos hacer un disco de banda, buscar nuestro sonido y que todos los temas persiguieran el mismo concepto. La teoría es una cosa, pero es en la práctica donde surgen los problemas, aunque, a estas alturas del proceso (que sólo está comenzando) ya hemos vislumbrado el camino a seguir y hemos encontrado el carácter y los colores que queremos utilizar. Los trajes de las canciones ya están planteados, ahora toca coserlos y adornarlos de acuerdo a su patrón.

Pero en el proceso creativo siempre hay bajas y daños colaterales. Partimos de unas 25 ideas y el objetivo era grabar un disco de unas 12 canciones, coherente, concreto, directo y sin paja, y el otro día llegó el momento de la criba. Sé que es una metáfora muy manida y utilizada, pero no se me ocurre otra para definir esa sensación. Esas canciones son nuestras niñas, todas tienen algo nuestro, un pedazo de lo que somos y de lo que nos ocurre en el camino y a todas las intentamos proteger, pero, como en la vida, no hay sitio para todas y sólo las más fuertes pueden quedarse, mientras que el resto no mueren, solo hibernan a la espera de su momento.

En esta ocasión se ha producido una selección natural y el momento de la criba ha sido menos traumático que en otras ocasiones, más natural y pacífico. Los tres nos hemos sorprendido del consenso que ha habido y apenas si hubo debate o grandes diferencias de criterio, lo cual es buena señal.

En la criba han caído grandes ilustres del nuevo repertorio, temas “intocables” se han visto obligados a esperar su oportunidad en futuras entregas. En este momento este es el disco que nos apetece hacer y está muy clara la dirección a seguir. No queremos inventar nada, pero tampoco queremos anclarnos en lo establecido, queremos jugar, probar y huir de lo obvio. Lo malo, ese escozor que deja en la piel renunciar a algunas canciones, lo bueno, será un disco íntegramente inédito para nuestra gente, salvo rara excepción de algún tema que apenas ha sonado en un par de conciertos.

Malacabeza vuelve con fuerza, con ganas de gritar y rockear duro sin renunciar a lo que somos, a nuestra esencia. Estamos muy contentos con lo que se vislumbra en el horizonte y estamos trabajando con honradez y siendo fieles únicamente a lo que nos pide el cuerpo y sé que vosotros lo notaréis al escuchar las nuevas canciones. No se si os gustará más o menos, pero os aseguro que os sorprenderá y que nosotros pondremos lo mejor de nosotros mismos en el proceso.

Continuamos.

Joel Reyes

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