jueves, 3 de mayo de 2012

SOLO EL CAMBIO ES CONSTANTE

Nos pasamos la vida buscando seguridad, control, nos aterran los cambios, la incertidumbre, cuando en esa misma incertidumbre radica la esencia de la vida. Queremos saber qué pasará, queremos tenerlo todo atado y bien atado, “asegurarnos el futuro”, “tener la vida resuelta”, sin darnos cuenta que todo cambia de un momento a otro. Que lo único que permanece constante en nuestra vida es el cambio, que ni siquiera nosotros permanecemos inalterables; cambian nuestros gustos, nuestros sentimientos, nuestro cuerpo, nuestras inquietudes… y aún así buscamos ese imposible que es la seguridad… sentirnos seguros, a salvo, sin darnos cuenta que, como el niño que se esconde bajo la sábana para protegerse de sus miedos, no sirve de nada, no depende de nosotros, el cambio siempre está ahí.

Escribo este post recién llegado al que será mi hogar en los próximos seis meses, mirando por la ventana que me mostrará el cielo a diario y que me regalará pensamientos en los próximos 180 días, respirando las primeras bocanadas de aire, dejándome bañar por los rayos de sol que me saludarán cada amanecer, tomando mi primera cerveza en este lugar, saludando por primera vez a los que serán mis nuevos vecinos… todo, absolutamente todo, es nuevo, no sé qué va a ocurrir en este tiempo, pero sé que me va a aportar, y esa sensación de no saber le da mucha emoción al asunto. Me siento como un niño con… horizontes nuevos. Sin pasado, sin futuro, sólo acompañado de este presente, y pienso exprimirlo al máximo. Sé que de esta experiencia verán la luz muchas canciones, muchos escritos, muchas ideas, mucha vida. Me siento bien.

Aquí os presento mi nuevo hogar. La mesa que acompañará mis cafés matutinos y mis nuevas canciones, la calle que me llevará a la inmensidad de ese Atlántico provocador que se pavonea en su grandeza y belleza y que dormirá a escasos 50 metros de mi cama. No creo en los paraísos físicos, creo en los paraísos mentales. Tu paraíso está donde tú sientes que está, donde te sientes bien, y en él es aconsejable habitar el mayor tiempo posible, pero este lugar parece anunciar con letras de neón que nos esperan “días paradisiacos”. Cada uno de los chicos tendrá sus propias sensaciones y sentimientos, estos son los míos, cuando ellos aún no han llegado.

Todo cambio provoca temor, pereza, inquietud, excitación, incertidumbre, pero no olvidemos que no hay vida sin cambios pues en los cambios está la vida. Tal vez sea difícil no temerlos, pero aprendamos a encontrar en ese temor, la fuerza para afrontarlos, pues cómo dicen por ahí, una buena manera de poner sal a la vida, o vida a la vida, es hacer, precisamente, aquello que temes.

Joel Reyes

1 comentario:

  1. Joel, muchas de esas cosas que sientes y cuentas Adolfo y yo las hemos sentido cuando trabajamos durante 6 meses en Mallorca y Menorca.Si algo me gusta de esta maravillosa profesión es que te brinda la oportunidad de conocer gente que de otra manera jamas conocerias, todavia no tienes noción de lo bueno que te espera. Las Islas tienen un poder que conectas con tu yo interior, es una sensación que no se puede sentir en otros lugares salvo en una Isla.
    Ponle vida a la vida.

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