miércoles, 4 de julio de 2012

EXILIADOS

El pasado viernes llegamos de nuevo a Fuerteventura en un nuevo cambio de isla y nada más pisar su suelo recordé una conversación que tuve con mis amigos Juan y Carlos a propósito de parte de la historia de esta isla.

En tiempo de dictadura, Fuerteventura fue destino forzado para aquellos que pensaban más de la cuenta, y, sobretodo, diferente. Fuerteventura era el vertedero peninsular, lugar de destierro para intelectuales “peligrosos”, políticos incómodos y homosexuales, además de delincuentes peligrosos. Al acabar la guerra civil un antiguo aeródromo situado en Tefía, muy cerca de la actual capital, Puerto del Rosario, fue reconvertido en campo de concentración, que no cárcel, donde se condenaba a trabajos forzados a sus “invitados”, alejados de todo, prácticamente exiliados del mundo. Hoy en día ese lugar, testigo mudo de la bajeza e irracionalidad del ser humano, ha sido reconvertido en un albergue juvenil.

Uno de esos exiliados fue Unamuno, que llegó a la isla en marzo de 1924 por cortesía de Primo de Rivera, que muy amablemente le obsequió con un billete de ida a esta tierra. Pero es muy difícil acallar a los que necesitan hablar y Unamuno, desde su exilio, escribió mucho y bien sobre estas islas e impulsó la creación del primer periódico de Fuerteventura de la cual él mismo escribió: “Si el mundo tiene culo, Fuerteventura es el culo del mundo”. No creo que lo dijera de un modo despectivo, aunque es cierto que así debía ser para los que pretendieron convertirlo en estercolero de sus propias miserias y temores.

Hoy me siento un exiliado, voluntario, eso si, y feliz de haber conocido esta tierra que me acoge, me abraza y me enseña a diario, y desde Fuerteventura escribo, desde el culo del mundo, en paz, en libertad.

Joel Reyes

1 comentario: