sábado, 6 de febrero de 2010

Gangstar Paradise

Viernes, 27 de noviembre. Emprendemos viaje hacia Guardamar del Segura, en Alicante. Hoy tocamos en Gangstar Paradise, el local de una vieja amiga, a pesar de ser aún una niña, Paula, como ahora quiere que la llamen, aunque para mi siempre será Paulita. El tiempo acompaña y el viaje es cómodo, cuando llegamos nos sorprende la temperatura, nos bajamos del coche en manga corta. El local es bonito, acogedor y Paulita nos recibe como es ella, con gritos, abrazos y besos. Sergio, su chico, es un tipo encantador, su acento argentino te envuelve y nos hace sentir cómodos desde nuestra llegada. En la prueba de sonido decidimos rescatar un tema que escribí a Paulita hace ya unos cuantos años, “La llave de la vida”, ella se entusiasma. Hemos compartido muchas veces escenario y canciones y hoy va a ser un bonito reencuentro. También ensayamos “Mis posesiones”, un tema que conoce a la perfección ya que estuvo incluido en un espectáculo de danza contemporánea con el que nos recorrimos unos cuantos festivales junto a Vicky, Albert y Nicolá. Buenos recuerdos. Los temas fluyen y Paula me sigue emocionando con cada nota que sale de su garganta. Llega el momento de la actuación. Somos poquitos, pero bien avenidos. Paula se encarga de calentar al personal y ayudarnos a entrar con la gente ya que no para de bailar y saltar. Nosotros nos dejamos la piel y estamos a gusto con el sonido y la gente, poco a poco, va entrando. Ramonet se marca un “El sitio de mi recreo” que crea un clima más que propicio e invitamos a Paulita a cantarse “La llave de la vida”. El tema suena como si lo hubiéramos ensayado mil veces. Hay cosas que no se olvidan. En “Dicen”, Paula se apunta a los coros y tras un “Todo me recuerda a ti” que parece tocar a más de uno/a pues hay algún que otro mal de amores sobrevolando la sala, regresa Paulita para atacar “Mis posesiones”. Nos emociona a todos. Esta niña ha nacido para cantar, no lo he dudado nunca, tiene el alma y la garra de una Janis Joplin castiza y se desgarra por dentro y por fuera encada nota. Ya en los bises, la gente pide que Paula repita “Mis posesiones”, Paula se emociona, llora, echa de menos los escenarios, nos dedica unas palabras muy emotivas sobre lo difícil que es aguantar en este mundo de la música cuando vienen mal dadas. Nos deja un nudo en la garganta y volvemos a interpretar de nuevo una “Mis posesiones” que supera a la primera. Para pasar el mal trago terminamos cantando “Malacabeza” en plan “We are the World”. Una noche de emociones fuertes. Tras la descarga, el relax, las copas y una timba de poker. Regresamos a casa de Paula y Sergio a eso de las 5 de la mañana, con el calor que solo sabe dar el ron. Ramonet y yo no podemos evitar el impulso al ver el mar, preguntamos si nos dejan una toalla y salimos corriendo como un par de niños para zambullirnos en la inmensidad del mediterráneo con un frío más que considerable pero con el alma caliente por el alcohol y la música. Mañana toca cantar de nuevo, esperemos que la inconsciencia no le pase factura a nuestras gargantas.

1 comentario:

  1. Una entrada preciosa niño, cuando uno la lee casi siente estar allí aquella noche.
    besos
    Mariam

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