lunes, 15 de noviembre de 2010

DIENTES DE LEÓN

Somos raros, vamos contracorriente, somos necesarios, somos prescindibles. Somos como dientes de león, frágiles, etéreos, pasajeros, pero capaces de provocar, en nuestro leve paso, un deseo, una ilusión, una excusa para reactivar un sueño. No, no estoy bajo el efecto de ninguna droga, al menos ninguna exterior, aunque puede que la química de mi cuerpo me esté jugando malas pasadas en el día de hoy. Me siento como una montaña rusa, frenético, emocional, ascendente, descendente. Hoy ha sido lunes, es lunes, para todo el mundo. Los lunes son el hermano feo de los días de la semana. Todo el mundo los desprecia, los teme, los critica. Yo tenía ganas de lunes, tenía ganas de reencontrarme con Dani, Quique, Miguel (a.k.a. Mr. Zarppa) y Ramonet, con las canciones, con la música, con la energía, con lo que llena mi mente casi al 100% en estas semanas. Tenía ganas de volver al trabajo, si, lo se, soy raro, pero adoro lo que hago. Pero los lunes son para todos, y hoy ha sido un día espeso. Hemos repasado los temas que ya están listos para meter en el horno y hemos atacado los últimos que faltan por aliñar, eso si, con más pena que gloria, pero que no cunda el pánico, solo ha sido cuestión de espesura lunera, de lunes, de luna. Cuando nos hemos dado cuenta de que solo era un día raro, hemos decidido repasar el repertorio, no estresarnos (que yo soy propenso a ello) y recrearnos en las apuestas seguras. Mañana toca descanso obligado y deberes en casita; repaso, reflexión… cada día queda menos para el pistoletazo de salida. El 22 despegamos. El miércoles haremos una grabación del ensayo para afianzar el trabajo realizado en estas 3 semanas, después viaje relámpago a Madrid para recoger uno de los elementos sorpresa del proceso (poco a poco lo iremos presentando) y regreso en un par de días para coger aire y sumergirnos en la grabación. Las canciones son sólo canciones y nosotros tan solo los canales de comunicación, con nuestros egos y nuestras gilipolleces, pero al final, lo que verdaderamente da sentido a toda esta historia y te llena es leer cosas como la que he leído esta tarde en nuestro Facebook por cortesía de Coia, unas palabras de la pequeña Júlia, una niña con la clarividencia y la sinceridad que solo logran alcanzar los niños, los locos y los borrachos (algunos, porque otros se vuelven aún más obtusos) y que ya me emocionó hace unos meses con una traducción al catalán de “Mis posesiones” (“Possesions meves” que podéis curiosear en YouTube). Esas son las pequeñas cosas que hacen que estos dientes de león sigan volando en busca de manos que quieran soplarlos al viento para seguir soñando. Gracias Júlia. Joel Reyes.

3 comentarios:

  1. Gracias a ti y a tus canciones Joel. Un beso enorme para los dos.

    Júlia.

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  2. Hola malacabezas!!!
    Qué deciros que no os haya dicho ya..., que me muero de envidia cabrones!!! jejeje Estoy contigo Joel en lo de que por muy cansado que se esté y aunque la clarividencia brille por su ausencia, este trabajo nos da y nos quita la vida, pero más vale morir por lo que más quieres que vivir sin vida...
    Sabéis que me duele tremendamente no poder estar a vuestro lado y que sé que todo va a salir bien, que aparte de ser una de las canciones, es lo que pasará con vuestro disco, que todo saldrá fetén porque si no dejaré de creer que la vida es justa y aunque a veces no lo parezca, lo es.
    Bueno hermanicos, hasta el infinito y más allá...
    Un abrazo!!!!

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