jueves, 25 de noviembre de 2010

KEITH RICHARDS SALVE A JUAN ZARPPA

Vale, puede sonar pretencioso, pero que venga alguien a quejarse. Quiero escribir en caliente. Son las 2:27 del ya jueves 25. Fin del tercer día de trabajo. Sabemos donde estamos y quienes somos, pero miramos p´arriba. Buscamos lo mejor de lo que somos capaces, y a veces, incluso lo encontramos. Eso siempre es suficiente. Hoy sólo ha habido un protagonista, o dos, según se mire (y sólo va con acento diga lo que diga la Real Academia), Juan Zarppa y Miguel Zanón. Él acepta su bipolaridad y eso da mucho juego ¿Porqué ser uno si se puede elegir?. Ha sido un gran día de grabación. El Señor Zarppa se ha salido. Tenemos tres regalos en forma de canción. Hoy Don Miguel se ha calzado todo lo que se le ha puesto por delante. Ha sacado el talento y el oficio. Lo que le gusta y lo que hemos necesitado. Raza. No hay mejor forma de definirlo. Sé que el prota de esta escena no es dado a los elogios, pero que se le va a hacer, que no se los hubiera ganado. Necesitábamos este repaso. Nos ha subido la moral y no es que los dos días anteriores no hayan sido fructíferos, Mr. K-t-na nos ha dejado el camino allanado con tremendos motores… y los que vendrán, no hay nada que demostrar… pero quizá el cansancio, “mi” nivel de exigencia y los imperativos accidentales de las dos primeras jornadas nos habían dejado tocados (sin motivos reales, todo hay que decirlo). A estas alturas de grabación, y llevamos tres días, ya me he ganado el título de sufridor del año, y dudo que nadie pueda arrebatarme tal “honor”. Soy asín, un poco agonías… pero vamos a lo importante. Primer round. “Flor de bar”: Zarppa empieza con fuerza, algún momento de duda que se soluciona en cuanto la respiración marca el compás, luego todo va rodado. Primer asalto ganado a los puntos con comodidad. Segundo round. “Real”: Una de las desconocidas. Miguel no conoce su juego de cintura pero se saca de la chistera golpes escondidos y maneja la situación con maestría y recurso. A punto está de dejarla sin aire antes de contar hasta diez. Tercer y último asalto. “Hasta el infinito y más allá”: De esos momentos que hay que vivir para entenderlos. Magia. La esencia de lo que buscamos en este disco. Momentazos. Juego de piernas, variedad de golpes y belleza en la ejecución. K.O. técnico. El público se rinde a la evidencia. Si Keith Richards se cayera de un cocotero sentiría algo parecido. Que nos quiten lo bailao. Está grabado.Gracias maestro Zarppa, Zanón o como quiera que quiera llamarse. Joel Reyes

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